El estrés, puede ser un aliado o un enemigo en nuestra vida. Ya que, nos impulsa a seguir adelante o nos paraliza. Este término inicialmente fue utilizado por la física mostrando la tensión de los cuerpos. Sin embargo, en los años 30 del siglo XX fue utilizado en el área de la fisiología, describiéndolo como un mecanismo de defensa para contraatacar diversos agentes externos o internos, que no se pueden controlar.
El estrés moderado es imprescindible para vivir
Estar alerta ante una amenaza inminente, es un sentimiento normal de supervivencia y es considerado estrés agudo, que ayuda a controlar las situaciones peligrosas a corto plazo. Sin embargo, experimentar esa misma sensación de angustia, presión y desconcierto, por mucho tiempo, es catalogado como estrés crónico, que, si no se vigila, paulatinamente va deteriorando los órganos, desarrollando patologías de mayor gravedad.
El estrés, hace que aumente los niveles de adrenalina, acrecentando el ritmo cardiaco, la presión arterial y el suministro de energía, pero también, activa el cortisol elevando los niveles de azúcar y suprimiendo las funciones del sistema digestivo. Por tanto, estar mucho tiempo expuesto a situaciones de estrés, lleva a deteriorar la salud en forma progresiva, debido a que el sistema de alerta este activo, aunque no exista ninguna clase de peligro. (JCEM, 2006)
El cuerpo nos habla, indicando que existe algún tipo de problemas en él. Es así, como debemos escucharlo y evitar los factores de riesgo, para mantener una salud física y mental en equilibrio.
- El dolor de cabeza, irregularidades en el sueño, trastornos digestivos, sudoración, palpitaciones, cansancio y calambres en las extremidades, pueden ser indicadores físicos, de que estamos padeciendo un estrés crónico. Donde es necesario establecer las causas, implementar correctivos y atender la orientación psicológica. Al mismo tiempo se debe establecer cambios notorios en el estilo de vida y encontrar actividades que agreguen calma y tranquilidad.
- La ansiedad, depresión, irritabilidad, agobio, enojo, desilusión, inestabilidad, nerviosismo y desconfianza, son factores emocionales que se activan bajo una situación de estrés, actuando en forma paralela como causa y efecto. Por tanto, mantener la tranquilidad, optar por mantener pensamientos positivos y agregar terapias como la meditación o el yoga, es necesario para conservar la salud mental en todo momento.
- Los problemas de concentración y de memoria, al igual que los pensamientos pesimistas repetidos, los trastornos en el estado de ánimo y las fobias inesperadas, son signos mentales, que están indicando que posiblemente se está presentando un episodio de estrés crónica. Por lo tanto, es importante buscar la ayuda de un terapeuta y seguir las indicaciones sugeridas, de tal manera, que se logre superar la situación y mejorar la salud.
- El abuso del café, aumentar el consumo de bebidas energizantes y buscar distractores como el internet, los juegos de azar, el cigarrillo o el alcohol para calmarse, se convierten en hábitos peligrosos, que pueden delatar el estrés. Además, porque estas actuaciones llevan a influir negativamente en las relaciones interpersonales y en el cumplimiento de las responsabilidades cotidianas.
Existen muchos indicadores de que el estrés está presente en nuestra vida. Por tanto, debemos controlarlos, para evitar cardiopatías, diabetes, depresión, obesidad, problemas de piel , trastornos hormonales y el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas que deterioran en forma significativa la calidad y el ritmo de vida.