El desempleo, enmarca un grupo de elementos que no solo reseñan la disminución de ingresos, cambios en el estilo de vida e inquietud. Sino que, también, lleva a desencadenar consecuencias psicológicas donde el individuo de acuerdo a su fortaleza mental y personalidad, puede aplicar la resiliencia. Mirando la situación como una nueva oportunidad para hacer algo mejor, darle un vuelco a su vida y desarrollarse profesionalmente o por el contrario caer en la desolación, inseguridad y aislamiento, debilitando sus relaciones, estancándose y afectando su salud, tanto física como mental.

Cambios radicales que hay que enfrentar

Las emociones del ser humano reflejan cómo se percibe cada una de las situaciones que se están viviendo. Así mismo, evalúan lo que sucede, facilitando la adaptación y dirigiendo la conducta del individuo. Por tanto, al alimentar las emociones con pensamientos negativos, dudas, tristeza e incertidumbre, a causa de no contar con una estabilidad laboral y engrosar el grupo de desempleados, lleva en muchos casos a crear patologías asociativas, que a corto plazo pueden ser incapacitantes.

1. Falta de autoestima. Es una de las principales consecuencias psicológicas del desempleo, porque la percepción de sí mismo puede llegar a cambiar a tal punto que no distingue las capacidades, fortalezas y talentos que pose, centrándose en las debilidades, defectos y falencias. Empobreciendo el concepto de sí mismo, de una manera tan radical que lo frena en sus aspiraciones, nubla la mente y no le permite tomar decisiones inteligentes, que le haga aceptar y enfrentar lo que se está viviendo.
2. Desestabilidad emocional. Tanto en su círculo familiar, como social. A causa del deterioro de los recursos psicosociales, la ansiedad y el estrés que genera el escenario que se presenta en el momento. Sobre todo, porque en muchas ocasiones se pierde el contacto con esas personas que fueron por mucho tiempo compañeros de trabajo, socios o cómplices en diversas experiencias y que muy probablemente ya no serán un apoyo.  Debido a que no se volverán a reencontrar con tanta frecuencia
3. Sentimientos negativos. Como la desesperanza, irritabilidad, apatía, vergüenza y pérdida de confianza, causados por la privación económica y el deterioro en los procesos de autonómica, llevando a visualizar un panorama lleno de precariedad, necesidades y tristeza. Sin tener en cuenta que es importante revaluar cuales son las necesidades primarias, para buscar como suplirlas en corto tiempo, sin caer en el abatimiento, sino por el contrario calmar la mente y encontrar oportunidades en medio de la tormenta.

El desempleo trae consigo consecuencias psicológicas que afectan la autoestima, las relaciones interpersonales y la capacidad de entendimiento. Pero también, afecta la parte física, debilitando el sistema inmunológico y las funciones cerebrales, ya que activa el mecanismo cerebral de amenaza, los niveles de adrenalina y noradrenalina que aumentan el ritmo cardiaco, la respiración y envía una señal de alerta que invitan a huir.

Sin embargo, mantener la calma, analizar los diferentes escenarios, apoyarse en la familia y acercarse a los contactos y amigos puede convertirse en una situación salomónica que abrirá la puerta a nuevas oportunidades y mantendrá en equilibro los procesos psicológicos, físicos y mentales, para vivir mejor.