La dermatitis, se presenta como una reacción inflamatoria de las capas superficiales de la piel, a causa de un alérgeno o sustancia irritante del entorno, pero también se puede dar por algo que se ingiere y el organismo rechaza, debido a que percibe que le va a hacer daño.
El prurito, el enrojecimiento y las ampollas, son síntomas claros de este padecimiento, pero también puede llegar a presentar exudación, costras y descamación en diferentes partes del cuerpo o en los lugares exactos donde se produce el contacto con el agente nocivo.
Diferenciar el tipo y la causa, ayuda al tratamiento
Existen varios tipos de dermatitis, como la atópica, seborreica, herpetiforme, ocre, exfoliativa y alérgica. Así mismo como la pañalitis causada por el contacto de los pañales en los niños, la perioral que afecta las áreas circundantes de la boca con manchas rosadas y la numular que se caracteriza por máculas redondas que arden y pican, convirtiéndose en ampollas por el efecto de las bacterias.
El diagnóstico de la dermatitis tiene algunos tropiezos, ya que, pueden existir muchos factores desencadenantes. Por tanto, los síntomas, la morfología y la localización, son los indicadores primarios para que el profesional de la salud prescriba un tratamiento. Sin embargo, existen ayudas diagnosticas como la prueba de uso, donde la piel se expone al agente sospechoso para verificar la reacción o bien, el análisis de sangre o el estudio de una muestra de piel en el laboratorio pueden delatar los alérgenos o bacterias involucradas.
Prevenir es el primer paso para paliar la sintomatología de la dermatitis, por tanto, es necesario evitar los desencadenantes conocidos, ya sean alérgenos o sustancias irritantes. Así mismo, es importante pedir la orientación médica o dermatológica, para no causar más daño en la piel y en la salud. De modo que, el facultativo indique un tratamiento con antihistamínicos, cortico esteroides tópicos, antibióticos u otros fármacos según el caso. (Revista alergia México, 2019)
La fototerapia, es una técnica que permite mejorar y controlar los indicadores de las enfermedades cutáneas. Ya que, el tratamiento consiste en exponer la piel afectada con algún tipo de dermatitis a los rayos ultravioleta en forma controlada, buscando disminuir las bacterias, aumentar la síntesis de colágeno y reducir la hiperinervación epidérmica. De tal manera que, se reduzca ostensiblemente el prurito en la piel y se minimicen los demás síntomas. (MSP, 2020)
La higiene es primordial para mantener la piel y todo el cuerpo en forma saludable. Para ello, existen en el mercado productos y cremas nutritivas, que forman una barrera protectora. De igual manera, se debe evitar utilizar el agua muy caliente en el lavado porque puede aumentar la inflamación. Además, el secado debe ser suave con elementos que no irriten y se debe incluir en la rutina diaria, el uso de bloqueadores solares que protejan del sol.
La dermatitis, es una patología de la piel que se puede controlar por medio de la prevención, el uso adecuado de emolientes y el diagnostico precoz. Sin embargo, la dermatitis atópica, en especial, es una enfermedad inmunológica crónica, incurable, que si no se trata correctamente, puede concomitar con otros padecimientos como asma, pólipos nasales, rinitis y alergia alimentaria, llegando a ser altamente incapacitante.