En días pasados han dado inicio las campañas de vacunas masiva contra la Covid-19 en países como el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. En tanto que México tiene previsto hacerlo el 22 de diciembre. Aunque se trata de una noticia favorable todavía falta mucho por hacer y descubrir. A la fecha es una enfermedad que genera interrogantes porque no se ha determinado con certeza todo el daño que puede provocar. De igual forma, falta determinar la duración de sus efectos porque en algunas personas se han prolongado por meses.
Con respecto al tema de las secuelas, cada vez son más las que se identifican entre quienes se infectan y logran reponerse. A la fecha se contabilizan poco más de 41 millones de personas que se contagiaron y superaron la enfermedad. Aunque se sospecha que la cifra podría ser todavía mayor debido a que existen personas que pudieron ser casos positivos asintomáticos y nunca saberlo por la falta de revisiones.
Enfermedad que nunca desaparece
En ese sentido, dentro de los malestares más recurrentes que se mantienen una vez que las personas son dadas de alta son fatiga, debilidad muscular, pérdida de olfato, depresión, náuseas, arritmia cardíaca, dificultades para conciliar el sueño y ansiedad. Además se menciona que en algunos casos las secuelas llegan a prolongarse hasta por seis meses e inclusive más tiempo. Al ser una enfermedad tan nueva, todavía no se logra conocer con certeza el tiempo de duración de todas las molestias.
Pero ahora, un nuevo trabajo de la Universidad Norhtwestern ha identificado una secuela bastante frecuente entre los supervivientes de la Covid-19. Mientras que otra de sus características es que puede mantenerse a largo plazo y provocar un severo deterioro en la calidad de vida.
Consecuencias a largo plazo
Después de analizar a 25 pacientes que lograron reponerse de la enfermedad se detectó mediante una prueba de ultrasonido neuromuscular que el 80 por ciento tenía una disminución del músculo del diafragma. Como consecuencia, es altamente probable que los afectados desarrollen una dificultad para respirar en cualquier momento.
Con esto, se trata del primer estudio en el mundo que evalúa el diafragma en sobrevivientes de la Covid-19. Mientras que los resultados demuestran las consecuencias que genera la enfermedad una vez que desaparece. Los daños son bastante graves y confirman que en realidad la infección se mantiene aunque el virus SARS-CoV-2 ya no se encuentre en el cuerpo.
Por otra parte, estudios previos han identificado otras secuelas que también se manifiestan entre los supervivientes aunque en menor frecuencia. Algunas de ellas son pérdida de libido, anorgasmia, daños en cuerdas vocales, caída de dientes y dolor de encías.