Consumir agua debe convertirse en un hábito que protege la salud. Ya que, este preciado líquido ayuda al proceso de digestión, lleva los nutrientes a las células, elimina los residuos del organismo y regula la temperatura corporal y el metabolismo, entre muchos otros beneficios. Sin embargo, utilizar agua no apta para el consumo humano y no contar con un buen saneamiento, puede convertirse en un gran riesgo para la vida del ser humano.
Agua potable y alcantarillado un reto de salud pública
En México, desde el año 2012 se reformo la constitución, incluyendo el derecho al acceso, disposición y saneamiento del agua. Lo que hace que el gobierno le de gran importancia a la ejecución de obras. No obstante, la calidad del servicio no es óptimo y requiere que la potabilización del agua sea de mayor acceso. Al tiempo que aumente la cobertura, desarrolle infraestructura y abra paso a la utilización de fuentes alternativas, como la desalinización y la cosecha de lluvias. (ICEX, s.f.)
Con respecto al saneamiento, los entes gubernamentales siguiendo los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud. Dan relevancia a la ampliación de redes de alcantarillado y drenaje básico, buscando mejorar o construir una estructura que garantice el tratamiento de aguas residuales. Además, de impulsar modelos alternativos de energía, que permitan que la población rural le dé un buen uso a las fuentes hídricas naturales para su autoconsumo, de la misma manera que sugiere una disposición inteligente de residuos. (OMS, s.f.)
Cubriendo necesidades básicas que mejoran la vida
El agua y el saneamiento, son aspectos fundamentales para la conservación de la salud humana. No solo por la hidratación y la higiene, si no también, porque no contar con ellos aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades como diarreas crónicas, infecciones intestinales, hepatitis A, fiebre tifoidea, paludismo, esquistosomasis y helmintiasis intestinales, que llegan a ser altamente incapacitantes y hasta mortíferas, si no se tratan a tiempo.
Así mismo, el buen manejo de los desechos, permite que el ser humano este alejado de microorganismos dañinos, promoviendo una vida sana. Convirtiéndose en una tarea de toda la comunidad y no de un solo individuo. Por tanto, el gobierno en concordancia con los coterráneos debe desarrollar proyectos que promuevan el abordaje de las basuras. De igual manera que se proyectan a concebir una adecuada infraestructura sanitaria.
Además, es importa anotar que la mala práctica residual, pueden generar una contaminación de las fuentes hídricas y los acuíferos, que, combinada con la carga de elementos químicos como el arsénico, cloro, fosforo y mercurio, pueden convertirse en un riesgo potencial, que afecta directamente, no solo a la salud humana, sino también, la vida de todo el ecosistema.
El agua y el saneamiento, son agentes generadores de vida, salud y bienestar. Por tanto, el gobierno se enfrenta cada día a retos que se presentan por las nuevas condiciones demográficas, sociales, ambientales, climáticas y de equidad. Obligándolos a crear derroteros de acción, enmarcados en el abastecimiento de agua potable, obras que beneficien las zonas más desprotegidas y políticas de salud pública que garanticen el acceso a estos y otros servicios a toda la población