La Fisioterapia es una de las profesiones sanitarias con un buen futuro actualmente y es que, debido al estrés laboral que impera hoy en día, es normal que la gente sufra contracturas y dolores musculares y esto es algo que un buen fisioterapeuta puede resolver. Si quieres convertirte en el mejor, a continuación te vamos a ofrecer una serie de consejos para que los tengas en cuenta y puedas conseguir una buena cartera de clientes.
Formación
Es el primer paso para convertirte, sin duda alguna, en un buen fisioterapeuta. Al ser reconocido como un profesional sanitario, necesitarás conseguir un título y después conocer las diferentes técnicas y especialidades que componen el mundo de la fisioterapia. En Deusto Salud, indican que existen desde cursos online hasta Másters y Postgrados, por lo que las posibilidades son muy amplias. Eso sí, el principal hándicap de la formación es el coste que conlleva, por lo que tendrás que sacrificar algunos hobbies o actividades para poder estudiar.
Intimidad del paciente
Si hay una premisa para cualquier profesional sanitario (incluido un fisioterapeuta) es el saber que tratas con personas, no con enfermedades, por lo que debes respetar siempre la intimidad de tus pacientes. Algunos, incluso, ven a su fisioterapeuta como un confidente, por lo que aquello que tu paciente te confíe durante la sesión debe ser tratado con respeto y protegiendo siempre su intimidad.
Estar en buena forma
Ten en cuenta que, como fisioterapeuta, vas a estar durante casi toda tu jornada laboral sin sentarte y haciendo fuerza o movimientos importantes durante el tratamiento. Así que, además de tratar a los pacientes, no debes olvidarte de ti mismo ni de tu cuerpo ya que una pequeña lesión podría impedirte ejercer tu profesión en óptimas condiciones.
Profesionalidad
Debes saber cuáles son tus límites como fisioterapeuta y cuál es tu formación. Si no logras el tratamiento adecuado, lo mejor es que derives al paciente a otro fisioterapeuta que sí pueda ayudar al paciente.
Proactividad
Como un buen fisioterapeuta debes tratar al paciente siempre con las técnicas más adecuadas aunque esto suponga un esfuerzo como estiramientos, explicación de ejercicios activos, propuesta de ejercicios para realizar en casa y más. El paciente debe constatar que tu trabajo va más allá de la utilización de aparatos.
Actitud positiva y empatía
Esta es otra de las cualidades que debes tener como buen fisioterapeuta. Con empatía, podrás entender mejor a tus pacientes y conocer sus problemas, para así proponerles un tratamiento más ajustado a sus necesidades. Asimismo, debes saber escucharles y afrontar el tratamiento con la energía necesaria para poder transmitirle al paciente tus ganas de ayudarle a mejorar su estado.
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