La Atención Plena, o Mindfulness, es una práctica común en varias religiones orientales como el hinduismo y el budismo. También en prácticas seculares sin motivos religiosos, como la meditación y el yoga. El Centro Mindfulness de la Universidad de Oxford lo define como una técnica terapéutica que puede ayudar al manejo y prevención de sentimientos como el estrés, la depresión, la ansiedad o la tristeza.
El mindfulness consiste en focalizar una y otra vez la atención en el momento presente, tratando de mantenerla durante el mayor tiempo posible. La idea es desarrollar un estado de consciencia absoluta de pensamientos, acciones, sentimientos, estados anímicos y situaciones, con una baja reactividad emocional. De esta forma, es posible aprender a reconocer sentimientos y pensamientos negativos y lidiar con ellos de una manera más asertiva.
Pese a que esta práctica tiene sus detractores, las investigaciones sugieren que la práctica regular de mindfulness por parte del personal de salud, promueve una mejoría general del estado de ánimo, las habilidades comunicacionales y las relaciones laborales; disminuye la sensación de estrés y en el síndrome de burnout; y favorece el razonamiento clínico, la toma de decisiones y la prevención de errores.
Aún así, pocos profesionales de la salud trasladan la práctica de la atención plena a sus consultorios durante las jornadas laborales, en parte porque subestiman los beneficios de esta práctica, y también porque no tienen conocimiento de cómo llevarla a cabo de manera eficaz.
Establece una rutina
Tony Robbins, uno de los coaches de desarrollo personal más exitosos del mundo, en todas sus presentaciones enfatiza la importancia de establecer una rutina breve y adecuada de conciencia plena.
Diez minutos al día son suficientes para mejorar la concentración, reducir el estrés y mejorar el ánimo. Y aunque el autor sugiere realizar la rutina durante los primeros minutos del día, puedes llevar a cabo una rutina diaria de mindfulness en cualquier momento, siempre y cuando seas consecuente en el lugar y en el momento.
Trabaja el anclaje
El anclaje emocional es una técnica de Programación Neurolingüística que puede ayudarte a alcanzar rápidamente el estado de conciencia plena y mantenerlo.
Un ancla es un estímulo que nos conduce de manera automática a un estado emocional determinado; puede ser un sonido, olor, color o sensación, lo importante es que podamos realizar una asociación rápida entre el ancla que elijamos y la atención al momento presente.
Desconéctate
Uno de los enemigos más peligrosos de la conciencia plena son las redes sociales, durante nuestro día estamos constantemente bombardeados de notificaciones. Una de las estrategias más efectivas es restringir en nuestros dispositivos el tiempo que podemos utilizarlas y el número de notificaciones que recibimos. Ese pequeño cambio, reduce nuestros niveles de ansiedad y nos permite estar atentos.
A falta de tiempo, respira
Una de las excusas comunes para no practicar el mindfulness es la falta de tiempo, al respecto Tim Ferris en su libro Armas de Titanes, propone realizar una sola respiración profunda, pausada y plenamente consciente al día. Podemos no tener tiempo para meditar 10 minutos, pero siempre podemos poner atención plena en al menos una respiración.
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