Si eres dentista, seguro que has sufrido el miedo de los más pequeños al entrar en tu consulta. Pero esto se puede prevenir con un primer enfoque y que es esencial para un camino basado en la colaboración y en la máxima tranquilidad. Si quieres conseguir que los niños se sientan totalmente cómodos en tu consulta, a continuación te vamos a ofrecer algunos consejos clave para que puedas lograrlo:
El color
Sentarse en el sillón es una de las causas por las que las visitas al dentista resultan traumáticas para los pacientes más pequeños. Por eso, no debes permitir que tu clínica dental sea austera y que, como especialista, seas estricto, ya que esto no facilitará que los pequeños adquieran la confianza necesaria.
No dudes en colgar de las paredes dibujos realizados por otros niños que ya han estado en tu consulta y cuenta con un espacio específico para ellos, con el apoyo de materiales con dibujos y folletos informativos básicos y adecuados a su edad.
Convertir la consulta en juego
Sin duda alguna, implicar a los pacientes más pequeños no es difícil y la visita puede convertirse en un juego y en una ocasión para colaborar. Explícale de forma sencilla y divertida qué hace un dentista, cuáles son y cómo funcionan sus instrumentos más interesantes y es que es una vía para despertar la curiosidad activa del niño y hacerle partícipe de la visita.
Los colores alegres mascarillas, bandanas y servilletas desde el principio de la visita son un reclamo positivo y harán que vean a los profesionales de forma divertida, curiosa y despreocupada.
Papel de los padres
El padre o la madre es la primera persona que debe contribuir a que el niño tenga confianza con el dentista. Las visitas tempranas serán la base para familiarizarse mejor con el dentista.
Primera visita
Divertir, despertar la curiosidad e implicar a los pacientes más pequeños es, en definitiva, la mejor forma de recibirlos en una clínica dental y así se acostumbrarán a profesionales como tú.
Te puedes presentar de forma simpática y colorida ya que esto permitirá al dentista y a los operadores captar la atención de los pacientes jóvenes. Utiliza siempre una vía de comunicación directa e inmediata, más eficaz que muchas palabras.
Por tanto, se puede decir que el truco está en transformar la visita en un juego, creando un entorno sencillo y colorido, ya que este es un paso posterior para establecer la confianza entre el dentista y el niño, una relación que le acompañará y tendrá una influencia positiva durante toda su vida.
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