Cuando un paciente acude contigo requiere más que un simple diagnóstico. Es necesario ofrecer un servicio integral para lograr superar sus expectativas. Al hacerlo se incrementan las probabilidades de una curación exitosa y generas el inicio de una relación de largo plazo. Si observas que regresa contigo cuando presente otro problema de salud significa que se siente satisfecho con tu trabajo. Con esto puedes determinar que haces bien las cosas. Ahora bien, cuando alguien acude con un médico resulta natural que tenga miedo. No conoce la gravedad de su situación y eso puede generar incertidumbre. Además se debe sumar que a partir del apogeo de internet han surgido los cibercondríacos. Se trata de las personas que leen tanto acerca de una enfermedad que al final piensan que la padecen aunque no sea así. Por el fenómeno anterior es que los pacientes cada vez llegan con más dudas y preguntas al consultorio. Visto desde un punto es positivo porque significa que ahora le prestan mayor importancia a temas afines a la salud. Además es conveniente que este tipo de interrogantes las hagan a los médicos porque son las únicas personas con el conocimiento suficiente para responderlas. Por otra parte, a lo largo de la consulta médica es necesario que te enfoques en diversos aspectos para que logres transmitir seguridad en los pacientes. Desde el momento del saludo debes proyectar una imagen que inspire confianza en todos los que acuden contigo. Debe ser un gesto cordial y cortés para que marque el inicio del resto de la atención.
Presentación del médico ante el paciente
En caso de que se trate de un paciente al que atiendes por primera vez, debes comenzar con una presentación básica de tu persona para que sepa que se encuentra en las manos adecuadas. Menciona tu nombre completo, institución en la que estudiaste, si tienes alguna especialidad y los años de experiencia profesional con los que cuentas. De igual forma, recuerda que por reglamento oficial debes colocar tu título profesional a la vista del paciente. Si cuentas con documentos de validez oficial de talleres o conferencias a las que hayas asistido también los puedes colocar sobre el escritorio o en las paredes del consultorio.
Saber escuchar con atención
Después de la presentación es momento de escuchar el testimonio del paciente con respecto a la dolencia o inconformidad que presenta. Deja que se explaye libremente y procura no interrumpirlo salvo para la confirmación de detalles que consideres importantes para el diagnóstico. En ese sentido, recuerda no hacer preguntas demasiado intrusivas ni generar cuestionamientos que puedan causar incomodidad en el paciente. También recuerda eliminar tus prejuicios con respecto a sus costumbres para no caer en discusiones innecesarias. Una vez analizado el caso es momento de ofrecer tu diagnóstico. Al momento de expresarte debes hacerlo de una manera clara para que no existan errores de comunicación. De igual forma, al momento de redactar la receta médica recuerda especificar con claridad el nombre de cada fármaco, para qué funciona y la dosis indicada, además de los días durante los que deberá consumirlo.
Resolver todas las dudas dentro del consultorio
Además es necesario que a lo largo de la consulta preguntes al menos en un par de ocasiones si existe alguna duda. En caso de que sea así debes responderla al instante y no esperar hasta el final de la consulta porque puede olvidarla el paciente. A su vez, puedes hacer uso de la tecnología para mantenerte en contacto con el paciente fuera del consultorio. Si tienes presencia en redes sociales le puedes ofrecer una tarjeta con tus datos a todos los que acudan contigo e indicarle que a través de esos medios te pueden escribir para dudas específicas. Para evitar malentendidos siempre les debes especificar el horario en que te pueden consultar. Finalmente, al seguir todos los consejos señalados lo que más se busca es generar confianza en el paciente. Al hacerlo se logrará una mejor relación y eso derivará en que te conviertas en su médico de cabecera.
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