Los científicos del Johns Hopkins Medicine, que utilizan escáneres de resonancia magnética y modelos por computadora para sus estudios, han identificado áreas del cerebro humano que regulan los esfuerzos para poder lidiar con la fatiga. Así que estos hallazgos podrían impulsar el desarrollo de estrategias conductuales (y de otro tipo, que aumentan el rendimiento físico en personas sanas e iluminar los mecanismos neuronales que contribuyen a la fatiga en personas con accidente cardiovascular, esclerosis múltiple o depresión.
Según los autores de dicho estudio, se conoce mucho sobre los procesos fisiológicos involucrado en la fatiga, como la acumulación de ácido láctico en los músculos, pero poco sobre cómo se procesan los sentimientos de fatiga en el cerebro y cómo este decide cuánto y qué tipo de esfuerzo hacer para superar la fatiga.
Se pide a los pacientes que califiquen la fatiga del 1 al 7
Así que conocer las regiones del cerebro que controlan las opciones de los esfuerzos para moderar la fatiga puede ayudar a los científicos a encontrar terapias que alteren, precisamente, esas opciones. Para el estudio, los investigadores desarrollaron, por primera vez, una forma novedosa de cuantificar objetivamente cómo las personas sienten la fatiga, una tarea difícil porque los sistemas de calificación pueden variar entre personas.
Los médicos, a menudo, piden a sus pacientes que califiquen su fatiga en una escala del 1 al 7 pero, al igual que las escalas de dolor, estas calificaciones son subjetivas y son muy variadas.
Para estandarizar la métrica de la fatiga pidieron a 20 participantes del estudio que tomaran decisiones basadas en el riesgo sobre la realización de un esfuerzo físico específico. La edad promedio de los participantes fue de 24 años y osciló entre 18 y 34 años y nueve de los 20 eran mujeres.
El cuerpo se sintoniza con la corteza motora cuando está fatigado
Es por eso por lo que se pidió a los participantes que agarrasen y apretaran un sensor, después de entrenarlos para reconocer una escala de esfuerzo. De esta forma, los participantes aprendieron a asociar las unidades de esfuerzo con cuánto exprimir, ayudándoles así a estandarizar el nivel de esfuerzo.
Los participantes en el estudio repitieron los ejercicios de agarre durante 17 bloques durante 10 intentos cada uno, hasta que se fatigaron, luego se les ofreció una de dos opciones para hacer cada esfuerzo.
Lo que este estudio ha demostrado es que el cuerpo se sintoniza con la corteza motora cuando está fatigado, porque si el cerebro continuara enviando más señales a los músculos para que actúen, las limitaciones fisiológicas comenzarían a hacerse cargo y estos hallazgos pueden promover la búsqueda de terapias, físicas o químicas, que se dirijan a esta vía en personas sanas, para así mejorar el rendimiento y en personas con afecciones asociadas con la fatiga.