Los pies no sólo le ofrecen soporte al cuerpo y cargan con todo su peso, ellos, además, esconden muchos secretos, enfermedades respiratorias, digestivas, de circulación, ansiedad, estrés, depresión y muchas otras que, además, pueden ser tratadas a través de ellos.
Tanto en los pies como en las manos, se encuentran terminales nerviosas en las que están reflejados los órganos del cuerpo, y es por ello que, al estimular con masajes estos puntos, se activan y recuperan su vitalidad y correcto funcionamiento.
Hablamos de la reflexología podal. Esta ciencia originaria de la medicina oriental, según señalan algunos autores y con la cual se pueden recibir beneficios tales como liberar el cuerpo de toxinas, reforzar el sistema inmunológico, mejorar la circulación, equilibrar la energía y promover la curación.
“La OMS apoya el uso de las medicinas tradicionales y alternativas cuando éstas han demostrado su utilidad para el paciente y representan un riesgo mínimo”[1]
La teoría de las reacciones tipo reflejo, están relacionadas con la reflexología, donde se relaciona la superficie del pie con los órganos del cuerpo. Algunos problemas al interior del organismo, se manifiesta en zonas o puntos dolorosos, en sitios específicos de la superficie del pie.
La reflexología podal establece que el cuerpo humano es recorrido por corrientes de energía y que cada órgano del cuerpo está conectado a esta corriente, y tiene una terminal o punto reflejo en los pies. Para que los órganos tengan un correcto funcionamiento dicha energía debe correr con libertad sobre su respectiva línea, y al realizar los masajes en cada uno de los puntos reflejos del pie, se liberan los bloqueos por medio de la activación de la energía, permitiendo el óptimo funcionamiento del mismo.
Con el masaje o activación de los puntos reflejos, se generan impulsos eléctricos que se transportan a través del sistema nervioso y estimulan en su recorrido a las áreas, órganos, glándulas y sistemas, activando sus funciones.
Con la terapia de reflexología no se tratan sólo los síntomas de una enfermedad específica que afecta a la persona, sino que, a todos los sistemas al tiempo, lo que hace que su efecto se refleje no sólo en la parte física, sino también en la psicológica. Dicho en otras palabras, se “activa la farmacia interior” logrando un bienestar integral en la persona que recibe la terapia.
Los puntos reflejos, manifiestan a través de dolor, cambio en su apariencia, textura o temperatura, cuando hay un trastorno en el órgano o estructura anatómica a la que corresponde. Y es así como al localizar estos cambios o manifestaciones y realizar una estimulación a través de los masajes, que se logran efectos terapéuticos con los que se logra normalizar su afectación.
Con la reflexología se desbloquean y modifican trastornos energéticos responsables de enfermedades psicofísicas y problemas relacionados y originados en el pasado. De esta manera, se generan cambios en el plano mental, en las emociones y en el comportamiento que activan y hacen funcionar las “fuerzas autocurativas” conduciendo a un bienestar y equilibrio físico.
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