Las vacunas se convierten en una barrera de defensa contra infecciones. Por tanto, todas las personas deben completar el esquema de vacunación, que le ayude a prevenir dolencias, disminuir discapacidades y limitar el número de decesos posiblemente prevenibles. Sin embargo, el personal sanitario debe fortalecer el programa de vacunación, ya que se encuentra muy expuesto a riesgos ocupacionales, convirtiéndose en un agente de adquisición y transmisión de enfermedades.
El plan de inmunización dirigido al personal de salud se debe ajustar a la actividad profesional, la anamnesis prevacunal y a las situaciones especiales que lo requieran. Debido a que este proceso es un instrumento de protección y prevención. En, pero, el personal sanitario debe recordar que las vacunas no los exime de otras medidas de bioseguridad y riesgo biológico, que protegen su salud en forma integral.
La vacunación te protege. ¡Vacúnate!
EL Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS, 2015), ofrece una completa guía sobre inmunoprofilaxis del personal sanitario, donde indican el programa sugerido de vacunación de los profesionales de la salud, esperando que lo cumplan a cabalidad. De tal forma que estén salvaguardados y al mismo tiempo cuidan a sus pacientes en cada consulta.
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Hepatitis B.
Los inmunocomponentes de esta vacuna, tienen una efectividad de 20 años. Con tres dosis, en un tiempo de 0, 1 y 6 meses. Pero, El personal sanitario que se encuentre muy expuesto a sangre y fluidos contaminantes, deberá hacerse una prueba de serología para comprobar la inmunidad después de completar la dosis.
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Influenza.
La gripa es una de las infecciones más comunes en la sociedad, generando una predisposición por contacto en la atención médica o consulta. Por lo cual, esta vacuna se recomienda cada año para el personal médico. Sobre todo, en las temporadas previas a la influenza. Que en México se prevé con mayor fuerza entre diciembre y febrero.
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Triple Vírica.
Cubre la exposición a sarampión, parotiditis y rubeola, con una sola dosis. Pero, para el personal sanitario se recomienda un refuerzo, con intervalo de cuatro semanas de diferencia. Además, se pide a las mujeres que se encuentran embarazadas o creen estarlo, abstenerse de aplicarla, ya que puede llegar a afectar el feto.
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Varicela.
Esta vacuna es de gran importancia para todo el personal de salud, especialmente para aquellos que tengan contacto con los niños. Se aplican dos dosis con intervalo de cuatro semanas al personal que no tenga antecedentes de vacunación, ni indicios de haber padecido esta enfermedad anteriormente.
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Difteria, tosferina y tétano (Tdap).
Se recomienda aplicar por primera vez entre los 11 o 12 años de edad, con un refuerzo cada 10 años. Sin embargo, los profesionales de la salud, expuestos a cortaduras y heridas, deberán colocar un refuerzo de un bio-compuesto de difteria y tétano (Td), donde no se incorpora la tosferina.
Existen otras vacunas, como las diseñadas contra la tuberculosis, meningococo, tifoidea, fiebre amarilla, poliomielitis y hepatitis A, que se recomiendan en caso de situaciones especiales, de alto riesgo. Por tanto, el personal médico debe estar informado de los protocolos que existen en cada país, centro de asistencia social y región, para preservar su propia salud. Al tiempo, que cuida la inmunidad de sus pacientes.