Las enfermedades, virus y bacterias, agobian todo el tiempo al personal sanitario. Como consecuencia directa del tratamiento que le imparten a los enfermos y la exposición continua a contaminantes, radiaciones, químicos y medicamentos.
Sin embargo, los profesionales de la salud, son más propensos a adquirir dolencias por sus horarios de trabajo, los malos hábitos alimenticios, la falta de sueño reparador, la ausencia de ejercicio físico y la escasa actividad fuera del trabajo; que por su misma labor médica los agobian.
Autocuidado y control que salvan vidas
Los médicos y el personal sanitario encargado de las zonas de emergencia, urgencias y hospitalización, son los más proclives a desarrollar enfermedades. Debido al elevado nivel de responsabilidad y las jornadas extendidas, que no les permiten tener hábitos saludables y buen manejo del estrés. Entre las cuales, tenemos:
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Perturbaciones metabólicas.
Asociadas a la falta de prácticas alimenticios saludables, como no tener horarios de comida establecidos y no consumir productos naturales. Repercuten en el sistema digestivo, produciendo reflujo, síndrome del intestino irritable, indigestión y pancreatitis, que en todo caso debilitan fuertemente la calidad de vida.
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Trastornos depresivos.
Que se adquieren por la falta de sueño, el consumo de drogas para aliviar la fatiga, el alcohol o el cigarrillo. Al tiempo que se desarrollan problemas de concentración, coordinación y enfoque. Colocando en riesgo su labor. Más aún, cuando se requiere su atención en algún procedimiento.
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Síndrome de Burnout.
También llamado “síndrome del trabajador quemado”(Instituto de neurociencias, 2016). Relacionado con la fatiga, cansancio y estrés crónico, debido a la carga laboral, el ambiente de trabajo y las obligaciones. Llevando a desatar estados depresivos y riesgos cardiovasculares, incapacitantes.
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Problemas lumbares y de espalda.
Causados por la tensión muscular que se producen al realizar movimientos repetitivos o por la falta de movimiento. Al mismo tiempo, las largas horas de guardia crean una presión óseo- esquelética que puede llegar a degenera los discos de la columna y producir otras dolencias asociadas, como las hernias.
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Trastornos vasculares periféricos.
Agobian enfermedades asociados a calambres, dolores en piernas, hinchazón en los tobillos. Debido a permanecer en una misma postura por un largo período, utilizar zapatos no adecuados y por la falta de ejercicio, Desencadenando problemas más graves en el tiempo, como varices, flebitis o embolias pulmonares.
El personal de la salud está expuesto a adquirir enfermedades por sus condiciones de trabajo, pero también por el contacto directo con pacientes con afecciones infectocontagiosas. Por ello, es importante que cuiden de su salud física y mental. Incluyendo en sus vidas un plan de hábitos saludables. Fuera de cumplir estrictamente con todos los protocolos de seguridad y bioseguridad sugeridos para desarrollar su labor.
Asimismo, es necesario planificar actividades fuera del lugar de trabajo, realizar chequeos médicos rutinarios y mantener una buena higiene mental, anexando a su rutina diaria terapias alternativas como yoga o meditación. Al tiempo, que deben promover actividades cerca de la naturaleza, viajar o vivir experiencias artísticas. También, es obligatorio recordar que las relaciones son importantes, aunque a veces sea necesario estar en soledad para encontrar equilibrio y salud en forma integral.