En el transcurso del último mes, el mundo ha observado con alarma el aumento de casos de COVID-19 en países europeos en los que ya se había logrado controlar la propagación del virus. ¿Estamos frente a un rebrote?

Tal es el caso de Francia, Italia, Bélgica y España, sólo por mencionar algunos. Esta situación ha abierto un debate respecto a si estamos en presencia de una segunda oleada de COVID-19 o si se trata de una consecuencia de la flexibilización de las medidas de confinamiento en estos países.

Sin embargo, no es posible evaluar la gravedad de la situación basandose sólo en números. El principal motivo es que el panorama desde que se decretó la pandemia a mediados de marzo, ha cambiado drásticamente hasta la actualidad. En primer lugar, en aquel momento no se había establecido un protocolo de detección y atención de casos por coronavirus SARS-CoV-2.

Se estima que entre los meses de abril y mayo, sólo se detectó el 10% de los casos positivos, debido al colapso que enfrentó el sistema de salud a nivel mundial. 

La atención se centró en desacelerar la propagación del virus y dar atención a los casos graves, por lo que muchos pacientes con sintomatología leve no fueron diagnosticados y no están reflejados en las estadísticas.

Por lo tanto, no es posible asegurar que el repunte de casos responda a un incremento en la propagación del virus o a una mutación del mismo, ya que es posible que guarde relación con el endurecimiento de los protocolos de detección.

En México

En el territorio nacional también se han accionado alarmas con respecto a un posible rebrote del virus. Ricardo Alcalá, Director de la Promoción de la Salud alertó con respecto a un nuevo y drástico repunte en los casos diagnosticados

Por otra parte, el Dr. Arturo Erdely, del UNAM considera que las tendencias en el diagnóstico de casos, combinado con las medidas de desconfinamiento, apuntan a que México podría sufrir un rebrote de COVID-19 muy peligroso..

De cualquier forma, es un hecho que los rebrotes han disparado las alarmas internacionales. Por eso, a continuación te presentamos 3 de las hipótesis que se están manejando en la actualidad para explicar este fenómeno.

Una segunda ola de COVID-19

Si bien la OMS ha descartado esta hipótesis, hay que tener en cuenta que ha sido una constante de las últimas grandes pandemias la aparición de olas adicionales de menor impacto que las primeras; por lo tanto los expertos consideran que posiblemente estamos ante presencia de la repetición del fenómeno.

Expansión a otros sectores

Una de las principales características en el estado inicial de la pandemia era que la población más vulnerable la constituían las personas mayores de 60 años. Sin embargo, en los últimos meses se ha observado cómo esa tendencia se ha ido revirtiendo y existe un incremento de casos en personas jóvenes.

El aspecto positivo de este fenómeno es que las hospitalizaciones y el número de pacientes en cuidados intensivos ha disminuido. No obstante, la circulación del virus en este grupo etario es mucho mayor, lo que podría explicar la aparición de nuevos brotes en zonas en las que la propagación de la enfermedad estaba “controlada”.

La “nueva normalidad”

La explicación más aceptada es que con el fin del confinamiento se ha roto la barrera de contención y la progresión del virus ha tomado su curso natural. El reto es reforzar los protocolos y las medidas higiénicas, para gestionar de la mejor manera posible el número de contagios, así como mantener al mínimo el número de muertes.