Dentro de la Medicina contemporánea existen múltiples avances pero uno de los más grandes es la invención de la vacuna. Al Dr. Edward Jenner se le considera el padre de la inmunología por sus investigaciones y aportaciones. Fue en 1796 cuando aplicó la primera vacunación de la historia. Aunque en su momento no se le tomó en cuenta, con el pasar de los años se reconoció que su invento ha sido uno de los más importantes de la humanidad.
Han transcurrido más de dos siglos y ahora la situación es muy distinta. Gracias a las vacunas se ha logrado erradicar o disminuir a mínimos históricos enfermedades como la difteria, tetanos, poliomielitis y parotiditis. Aunque por otra parte, en años recientes han surgido los grupos antivacunas que se oponen a esta medida sanitaria. Como consecuencia, el sarampión ha resurgido en países como Estados Unidos y toda la zona europea.
Pasos para diseñar una nueva vacuna
Ahora bien, a raíz de la actual pandemia de Covid-19 se ha mencionado en múltiples ocasiones que se debe seguir un proceso para que una nueva vacuna reciba la autorización sanitaria internacional. Lo primero es el desarrollo de estudios preclínicos que incluyen pruebas en animales.
Posteriormente inician los ensayos clínicos que se dividen en tres etapas y la mayor diferencia es la cantidad de participantes. En la primera participan decenas de personas, mientras que en la segunda son centenares de voluntarios y en la última son miles y por lo regular de distintas nacionalidades.
En este caso, una parte importante es definir cómo se selecciona a las personas que participan en los ensayos de vacunas. Lo primero y más importante es que todos son voluntarios así que nadie está obligado a ser parte de un trabajo de este tipo.
Requisitos específicos de cada proyecto
De acuerdo con el Dr. Hugo López-Gatell, normalmente se publican los anuncios directamente en las unidades de atención clínica y no por medio de intermediarios. La atención debe ser directa para evitar cualquier tipo de malentendido.
A su vez, las mismas instituciones estipulan los criterios de inclusión y de exclusión de los diseños de los estudios. Son muy variados y dependen del tipo de vacuna en investigación y las solicitudes de los laboratorios farmacéuticos.
En ese sentido, no siempre se convoca a personas sanas o sin problemas de salud. En ocasiones se requiere de voluntarios que presenten condiciones físicas adversas para verificar el funcionamiento de la inoculación. En el caso de las actuales vacunas contra la Covid-19, algunas de las pruebas han sido en adultos con enfermedades crónicas para analizar su respuesta.
Finalmente, todos los participantes en los ensayos reciben un monitoreo puntual de su estado para analizar cualquier tipo de mejora o efecto adverso. Al final se obtiene un balance de utilidad con respecto al funcionamiento general de la inoculación. En caso de que no existan contratiempos entonces se presentan los resultados para recibir la autorización y comenzar con la comercialización de la vacuna.