Existe una actividad que absolutamente todos realizan en la vida y es asistir a una consulta médica. No importa el país ni el estrato social porque se trata de una necesidad básica. Pero lo cierto es que cada persona puede relatar una experiencia distinta con respecto a lo que vive dentro del consultorio.
Mientras que para algunos puede ser una acción placentera, otros aborrecen el tener que acudir con un médico. Más allá del fin, la molestia está con la forma.
Para lograr ser médico requiere años de formación y adquirir los conocimientos mínimos necesarios. De hecho, nunca se termina de aprender y es necesario mantenerse actualizado con respecto a los avances tecnológicos que aparecen en el mercado.
De manera constante aparecen dispositivos y equipos digitales que se pueden aplicar en la profesión para la atención a los pacientes.
Combinar tecnología con humanización
Por otra parte, además de la tecnología, existe un elemento indispensable que ha existido desde hace miles de años y todos los médicos deben conocer.
Se trata de la humanización y es uno de los aspectos más valorados por los pacientes. Nunca se debe renegar de los avances más recientes del mercado; sin embargo, tampoco se debe caer en el error de pensar que la tecnología lo es todo.
Un trato afectivo, cálido y empático puede marcar la diferencia entre distintos médicos. Al final, es una clave que te puede ayudar para colocarte por encima de tus colegas. De manera más clara, aunque los consultorios médicos puedan tener las mismas características y el mismo equipo de atención, es la manera de abordar y tratar al paciente la que marca la diferencia.
En ese sentido, nunca debes de perder de vista que atiendes a personas y no a máquinas. Por lo mismo, lo mínimo que ellos esperan es recibir un trato humanitario.
Atiende como a ti te gustaría que te atendieran
Por otra parte, desarrollar una cualidad como una atención humanitaria no es igual para todos. Mientras algunas personas ya la traen consigo desde el nacimiento, para otras puede ser más complicado. Lo más importante que debes de tener claro es que tu atención a los otros debe ser igual a como a ti te gustaría que te atendieran.
El mostrar interés en todo momento en el paciente es básico. No debes de distraerte y pedir a tus colaboradores que procuren no interrumpirte mientras dura la cita.
Si alguien ingresa al consultorio de manera intempestiva se corta la comunicación y puede generar un ambiente turbio. A su vez, el paciente no sólo quiere recibir un diagnóstico sino también ser escuchado.
De hecho, para poder brindar una atención adecuada necesitas conocer todos los aspectos del caso. Ante esta situación, recuerda nunca interrumpirlo porque es un gesto de mal gusto.
Nunca te burles de las preguntas del paciente
De igual forma, para ofrecer un servicio humanitario necesitas resolver todas las dudas del paciente durante la consulta. Aunque algunas puedan parecer absurdas o incoherentes, nunca las evadas ni realices gestos que puedan ser malinterpretados.
Responde de manera seria y directa a todos los cuestionamientos. Para seguir con el punto anterior, la mayoría de las ocasiones los médicos cometen el error de pensar que los pacientes también son expertos en salud. Durante las explicaciones utilizan términos técnicos que no cualquiera puede entender y lo cual deriva en errores de comunicación.
En tu caso, procura emplear palabras sencillas para evitar este tipo de incidentes. Nunca pierdas de vista que los pequeños detalles son los que marcan grandes diferencias.
Para ofrecer una atención humanitaria no necesitas realizar inversiones millonarias ni adquirir el equipo más moderno del mercado sino preocuparte por la parte emocional del paciente. Al hacerlo vas a mejorar como médico y eso va a incrementar tu calidad personal.
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