Dedicarse a la medicina puede ser causa de muchas satisfacciones, pero también de serios momentos de estrés debido a la cantidad de compromisos con clientes, colegas o representantes médicos que hay en tu agenda. Si en algún momento has llegado a experimentar problemas de estrés derivado de tu trabajo, debes tomar en cuenta que hay muchas opciones a tu alcance para relajarse y que no tienen que ver precisamente con irte a una playa a tomar unas largas vacaciones.
Medita. La meditación es una de las prácticas más recurrentes para personas que quieren relajarse por completo. Esta práctica es ideal para hacer un análisis profundo de ti mismo y para aislarse física y mentalmente de las tensiones de la vida. Puedes hacerlo por tu cuenta o a través de meditaciones guiadas en escuelas especializadas.
Desconéctate por algunos minutos. Es probable que, a través de tus redes sociales, correo electrónico o por WhatsApp recibas una cantidad de mensajes que a veces te puede parecer desmedida. Pero no te estreses en contestar todos ellos en el acto. En lugar de ello asigna periodos para hacer microdescansos. Esto quiere decir que dediques algunos minutos a olvidarte de todo y hagas actividades de corta duración para aislarte del mundo. Caminar, cerrar los ojos y meditar, escuchar una canción, leer el fragmento de un libro u otras actividades similares te pueden dar esos microdescansos que requieres antes de volver a la faena de atender tus mensajes.
Tómate descansos entre consultas. Entre una consulta y otra haz algo que te ayude a manejar el estrés acumulado. Puedes encerrarte en tu consultorio y hacer algo que te guste, como tocar un instrumento musical, leer algunas páginas de tu libro favorito o hacer aquello que te relaje. Es algo parecido a los microdescansos, pero en específico entre una consulta y otra.
Bromea con tus pacientes. Aprovecha que tienes la oportunidad de ver a muchas personas distintas entre sí para charlar sobre temas muy diversos. En la medida de las posibilidades, aprovecha esas oportunidades para bromear con tus pacientes y evitar ese carácter formal que a veces tienen las citas médicas. Es momento de atender a los pacientes, es verdad, pero también de disfrutar.
Tómate una tarde libre. Es válido que en ciertos momentos te concedas una tarde libre para dedicarla a la familia o los amigos. Hazlo en la medida que esto no comprometa las citas que ya tenías asignadas. Es verdad que tienes una gran responsabilidad como médico, pero también la tienes contigo mismo para cuidarte.
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