La automedicación parece ser un problema enorme que no para de crecer conforme el acceso a medicamentos y al conocimiento incrementa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que el problema se debe abordar con una visión diferente porque la buena práctica de la automedicación podría ayudar a resolver la saturación en los servicios de salud en primeros niveles de atención. Esta declaración es lo que ha hecho que existan los medicamentos OTC (over the counter), es decir, aquellos que no requieren receta médica para ser comprados, como el paracetamol.
El problema es que para que esto ocurra, idealmente debe cuestionarse cómo hacerlo de manera responsable, eficiente y cuidadosa al acompañar esta acción con conocimiento en salud y una adecuada información médica. La automedicación en gente que no practica medicina es de alrededor del 15% en comparación a lo que ocurre con los médicos, donde es mucho más frecuente. Un estudio publicado en la Revista Mineira de Enfermagem destacó que el 73.8% de los médicos testeados se automedicaron al menos una vez en 3 meses y que 53% de ellos utilizaron antibiótico una vez en 6 meses.
Los médicos no lo saben todo
Podemos pensar que al tener acceso a la información, la autoprescripción en doctores sería lo más lógico y correcto, sin embargo la pregunta es: ¿Eso está bien? Por una parte está el hecho indiscutible de que los médicos no dominamos la farmacología de todos los medicamentos disponibles. Un médico general conoce poco de muchos medicamentos; los médicos especialistas conocen mucho de pocos medicamentos, y aun así tienen acceso a todos ellos. Según un estudio del Indian Journal or Pharmaceutical Sciences, 80% de los médicos se autorecetan antipiréticos y analgésicos; 55.1% antiácidos, 44.6% antihistamínicos y 34.9% antibióticos.
Los médicos especialistas al ser también médicos generales saben un poco más, pero sigue sin ser suficiente. Es prácticamente imposible estar al día en cuanto a farmacocinética, farmacodinamia, interacciones medicamentosas y efectos adversos de los medicamentos actuales y de los nuevos. Por lo tanto, siempre hay peligro al utilizar los medicamentos que no son OTC a diestra y siniestra. El riesgo está asociado a que interrumpan el tratamiento aunque se autoreceten el medicamento correcto. En un estudio hecho en India, se demostró que sólo el 26.8% de los médicos completan adecuadamente un tratamiento antibiótico.
Inconvenientes de la profesión
Los autotratamientos inapropiados en médicos y estudiantes de medicina representan un problema verdaderamente serio. En el médico, puede haber muy malas consecuencias provocadas por la pérdida de la objetividad y el sesgo de su propia enfermedad al administrar tratamientos que pueden ser incorrectos. Frases como “a mí no me va a pasar”, “eso sólo pasa muy de vez en cuando”, “es algo muy leve, no necesito más” o “pues de una vez me tomo un medicamento fuerte”, son muy comunes al escuchar hablar a un médico sobre su enfermedad y tratamiento.
Además de poner en peligro su salud, el médico también arriesga la de sus pacientes al abrir la posibilidad de que un medicamento mal administrado lo pueda incapacitar, o peor aún, los puede exponer a contagios al decidir no tomar antibiótico o tomar el medicamento incorrecto.
Soluciones al problema
Para poder plantear una posible solución debemos analizar el problema desde un punto de vista organizacional y educativo. A nivel organizacional, los datos sugieren que el autotratamiento y la autoprescripción son tradicionalmente aceptables (e incluso fomentados) dentro del ámbito médico a pesar de las cuestiones éticas y de salud que van en sentido contrario, además de que su impacto tanto en la salud profesional del médico como en la calidad de la atención está severamente subestimado al pensar que los efectos de esta práctica no son graves. Es muy complicado ser juez y parte, sobre todo cuando no pensamos con claridad o incluso cuando nuestros procesos mentales son diferentes como en las enfermedades psiquiátricas.
En cuanto a lo educativo, algunos consideran que el autotratamiento es una forma eficiente de mantener el rendimiento laboral y evitar las bajas por enfermedad, pero esto puede provocar un abuso en el consumo de sustancias y/o drogas, especialmente común en anestesiología, urgenciología y psiquiatría. De manera contradictoria, los médicos aceptan tratamientos diferentes para ellos mismos en comparación con los que recetan a sus pacientes, principalmente cuando se trata de problemas de salud con estigmas sociales como las enfermedades mentales. Tampoco es probable que los doctores con malos hábitos de salud aconsejen positivamente a los pacientes, por ejemplo, sobre el tabaquismo, consumo de alcohol, ejercicio o hasta el uso del cinturón de seguridad.
Así como lo plantea Montgomery, profesor asociado en la Universidad de Macedonia, “la solución a largo plazo implica un replanteamiento más radical de cómo podemos rediseñar la cultura organizativa y educativa médica, en una en la que los estudiantes de medicina y los médicos no sientan la necesidad de automedicarse o autodirigir su propia atención médica compleja. Ni la profesión ni el público pueden esperar de manera realista que el médico esté 100% sano durante toda su carrera médica”.
Definitivamente se requieren iniciativas para aumentar la conciencia en cuanto a la automedicación y enfrentar el problema que esto provoca incluso en los médicos. Existe evidencia de que la automedicación es un fenómeno que se enseña discretamente a los estudiantes de medicina e incluso se plantea como una medida efectiva. Las organizaciones de salud de cada país deben ser más estrictas y los programas de enseñanza médica, desafiar y cambiar dichos comportamientos.
Fuentes:
1. Galvan MR, Dal Pai D, Echevarría-Guanilo ME. Self medication among health professionals. REME – Rev Min Enferm. 2016.
2. Arti A. Kasulkar and M. Gupta,Self Medication Practices among Medical Students of a Private Institute. Indian J Pharm Sci. 2015 Mar-Apr; 77(2): 178–182.
3. G. K. Nalini. Self-Medication among Allopathic medical Doctors in Karnataka, India. BJMP 2010;3(2):325
4. A. J. Montgomery, C. Bradley, A. Rochfort, and E. Panagopoulou. A review of self-medication in physicians and medical students. Occupational Medicine 61(7):490-7 July 2011.