Cuando las personas son diagnosticadas con alguna enfermedad crónica pueden experimentar varias emociones, lo has notado en el consultorio médico. Algunas se sienten confundidas, vulnerables o preocupadas, ya que no saben qué esperar de su futuro, lo que ciertamente afecta el control de su padecimiento, pues las emociones influyen directamente en la conducta, por tanto, conviene que el profesional de la salud tome medidas para ayudar a su paciente a asumir su nueva condición y a disminuir el riesgo de tener fracaso terapéutico.
Como médico te enfocas en transmitir la información que consideras necesaria para que el paciente comprenda en qué consiste su padecimiento, pero a veces necesita “ayuda extra” para afrontar su situación, de modo que puedes considerar estas pautas generales para auxiliarlo:
1. Ayúdalo a preguntar
Por miedo a parecer tonta, mucha gente prefiere guardar silencio, sin embargo, esto solamente dificulta el control de la enfermedad, por tanto, conviene transmitir confianza al paciente para que pregunte sobre todos aquellos aspectos que sean de su interés. Si aun así la comunicación se dificulta, asegúrate de adelantarte a sus posibles cuestionamientos respondiendo estas preguntas:
- ¿Cómo le afectará la enfermedad en su vida diaria?
- ¿Será doloroso?
- ¿El padecimiento se cura?
- ¿Desaparecerán los síntomas?
- ¿Cuántas sesiones de tratamiento necesitará?
- ¿Qué efectos secundarios tiene la terapia y cuánto duran?
- ¿Qué pasará si se salta una consulta u olvida tomar su medicamento?
- ¿Qué puede esperar de la enfermedad?
- ¿Hay posibilidad de que el tratamiento no funcione?
Muchas de estas preguntas parecieran innecesarias, o bien, las respuestas podrían antojarse obvias, según el padecimiento de que se trate, sin embargo, debes considerar que tu preparación profesional te permite asumir con facilidad muchas conclusiones que a la mayoría de la gente no se le ocurrirían. Por ello, es útil que ofrezcas esta información a tus pacientes a fin de que se sientan más cómodos contigo y depositen su confianza en tu consultorio médico.
2. Prepáralo para afrontar las reacciones de otras personas
Además de lidiar con su enfermedad crónica, el paciente tendrá que afrontar las reacciones de la gente, las cuales pueden resultarle una carga sobre todo cuando familiares o amigos se sienten culpables por no poder ayudarlo a resolver su “problema”. En tales casos, conviene que el profesional de la salud prepare a su paciente para hacerle notar que las enfermedades no son precisamente culpa de alguien, sino el resultado de la combinación de factores, idea que debe transmitir a quienes le rodean para liberarse de la carga de las culpas y remordimientos ajenos.
Por otra parte, hay que prevenirlo sobre los riesgos de intentar ocultar su enfermedad crónica, ya que, aunque en ciertos casos se toma como medida para evitar discriminación, llega a dificultar el control del padecimiento hasta complicarlo, motivo por el cual hay que ayudarlo a evaluar el panorama para que elija cómo ha de manejar esta situación.
3. Apaga el foco rojo
Resulta habitual que el reciente diagnóstico de una enfermedad crónica se convierta en el foco rojo que atraiga la atención y preocupación del paciente y la gente que lo rodea, por tanto, hay que explícale por qué el padecimiento debe ser sólo una parte de su vida, para que pueda afrontar y encauzar conductas sobreprotectoras a fin de conservar sus relaciones personales.
Aunque cada caso es diferente y requiere de una sensibilidad particular del médico, estas recomendaciones permiten ver la situación que enfrenta el paciente desde una perspectiva más empática, para ayudarle a aceptar su condición y facilitar el control de la enfermedad crónica.