El cáncer de páncreas en México tiene una incidencia de 4 mil 274 casos con una mortalidad de 4 mil 133 pacientes, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC). Por lo anterior, se posiciona como la sexta causa de muerte más frecuente en hombres y la séptima en mujeres.
Un aspecto que influye en la alta mortalidad es que la mayoría de los casos se diagnostican cuando el tumor se encuentra en una etapa avanzada. De acuerdo con el Dr. José Francisco Alexander Meza, especialista en Oncología Médica de Guadalajara, cuando eso sucede es más complicado obtener resultados favorables.
En un alto porcentaje de los casos, los pacientes son diagnosticados en etapas avanzadas de la enfermedad, cuando ya hay metástasis y no es susceptible de operación, con muy pocas alternativas de tratamiento.
En ese sentido, siempre es necesario alertar a los pacientes con respecto a los factores de riesgo que se pueden cambiar y que aumentan la posibilidad de desarrollar cáncer de páncreas. Dentro de ellos se encuentra el tabaquismo, tener sobrepeso, diabetes y pancreatitis crónica. A su vez, los factores de riesgo que también influyen pero no se pueden cambiar son la edad, incidencia según el sexo, raza (las personas de piel negra tienen más posibilidades que las personas con piel blanca), antecedentes familiares, síndromes genéticos hereditarios y pancreatitis crónica debido a cambio genético.
Complicado de detectar a tiempo
Por su parte, el especialista egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara como Médico Cirujano y oncólogo certificado por el Consejo Mexicano de Oncología, dijo que el cáncer de páncreas es difícil de detectar y diagnosticar en fases tempranas. Aunque una vez que se identifica se puede controlar sólo si se detecta antes de su diseminación, cuando se puede extirpar completamente por medio de una operación.
Si el cáncer se diseminó, la terapia paliativa puede mejorar la calidad de vida del paciente al controlar los síntomas y las complicaciones de la enfermedad.
Ejemplo de ello es la extirpación quirúrgica, la cual es posible en tan solo un 20 por ciento de los pacientes con adenocarcicoma, el tipo más común de cáncer de páncreas. En algunos casos, con quimioterapia antes de la cirugía, este porcentaje puede aumentar.
Señaló por último que existen áreas de investigación en cáncer de páncreas que están en la búsqueda de biomarcadores para la detección temprana a través de registros de pacientes con antecedentes de esta enfermedad, el desarrollo de medicinas que atacan mutaciones genéticas específicas, la comprensión de cómo el microambiente del tumor altera a la administración de medicamentos y la utilización del sistema inmunológico para el tratamiento y la inmunoterapia.