Desde su aparición, los consultorios anexos a farmacias han estado envueltos en controversias. Mientras que para una parte de la población son benéficos por ofrecer atención barata y al instante, para el gremio de la salud son dañinos. Lo que consideran es que se explota a los médicos al no ofrecerles un salario digno ni prestaciones laborales.
Saturación de antibióticos
La discusión ha estado abierta durante muchos años e inclusive se ha llegado a dudar con respecto a la ética de los galenos que trabajan en este tipo de consultorios. Existen sospechas de que los médicos realizan diagnósticos erróneos para prescribir antibióticos a pacientes que no los requieren y así incentivar las ventas en las farmacias.
En realidad todo tiene su origen en la falta de regulación, aunque eso podría llegar a su final. De acuerdo con la columna de la periodista Alicia Salgado en el periódico Excélsior, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) podría buscar tener un control de los consultorios anexos a farmacias.
El principal motivo es incorporarlos al sistema de prevención, para que la consulta no tenga por objeto la prescripción, sino la prevención y seguimiento del expediente médico primario de quienes acuden ahí.
En ese sentido, se ha indicado que desde hace un par de décadas, cuando aparecieron los consultorios de bajo costo, se registró un aumento en la farmacorresistencia en México. Aunque no se puede afirmar que exista una relación entre ambos hechos, sí existen sospechas.
Para tener una idea del impacto, a la fecha se estima que existen 15 mil consultorios anexos a farmacias en nuestro país. A su vez, en conjunto ofrecen alrededor de 325 mil consultas al día. Con esto, son más visitados que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).