Dentro del XXXIX Congreso Internacional de Dolor y Cuidados Paliativos, realizado hace unos días en la Ciudad de México, se reunieron varios especialistas en el tema. Uno de los aspectos que más destacaron es que el dolor crónico ya es un problema de salud pública en Latinoamérica. Por eso urgieron a todos los actores del sector a trabajar para aliviar el sufrimiento de los más de 190 millones de pacientes de la zona que viven con esa condición actualmente.
El Dr. João Batista García, presidente de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT), estima que la prevalencia del dolor crónico en la región se encuentra entre el 27 y 42 por ciento.
Nuestra realidad en Latinoamérica es el subtratamiento del dolor. Tenemos pocos medicamentos disponibles y los pacientes no tienen acceso a los tratamientos adecuados. Enfrentamos un desafío enorme, que amerita un genuino compromiso para aliviar el sufrimiento de millones de personas que viven con dolor en la región.
Formación deficiente de médicos
En la misma línea, la Dra. Argelia Lara, especialista del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), añadió que el correcto manejo del dolor implica hacer una evaluación exhaustiva de cada paciente.
La especialista también afirma que existe una deuda de formación en dolor en la mayoría de las escuelas de medicina, lo que afecta el abordaje apropiado y oportuno.
Estimamos que 9 de cada 10 pacientes tienen alguna forma de dolor crónico y no son detectados en primer contacto. Seleccionando el perfil del paciente, podemos saber qué medicamentos prescribir y cómo, según las circunstancias.
Por su parte, la Dra. Sandra Gaspar, presidenta de la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor (AMETD), resaltó que los desafíos en toda la región son similares. Mencionó que se debe crear conciencia sobre la necesidad de establecer programas para el manejo del dolor y el acceso a tratamientos, involucrando a médicos, pacientes y autoridades que diseñan políticas públicas para el adecuado manejo de los pacientes que padecen de dolor crónico.
