La vida de quien ha padecido un Accidente Cerebro Vascular (ACV) cambia dramáticamente de un momento a otro. Para entender su impacto se debe recordar que en México este padecimiento representa la cuarta causa de defunción en mayores de 65 años. Además se estima que el 30 por ciento de quienes sobreviven a un evento de este tipo quedan con una discapacidad severa.
Por ello, en el marco del Día Mundial del ACV que se conmemora cada 29 de octubre, el Dr. Luis Daniel Sánchez Arreola, Vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia (SMME) señala que es imprescindible sensibilizar, aprender, prevenir y tratar este problema neurológico desde una perspectiva holística. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 15 millones de personas lo sufren cada año y al menos una de cada cuatro lo padecerá en algún momento de su vida.
Las consecuencias físicas y mentales son tremendas, por lo que no solo afecta la calidad de vida del paciente y su familia, sino que hace que los gastos de los sistemas sanitarios se disparen enormemente.
En ese sentido, expuso que el costo total del cuidado de un sobreviviente a un ACV puede superar los 630 mil pesos anuales. Es incluye medicamentos, terapia física y cuidados complementarios. Con esto, se convierte en una enfermedad catastrófica que consume más del 30 por ciento del ingreso en el hogar.
Aumentan casos en pacientes jóvenes
El especialista detalló que México es el país número uno en decesos por infarto cerebral dentro de las naciones miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Desafortunadamente, el desconocimiento del infarto cerebral ha impedido que la gente llegue a tiempo a los servicios de emergencia. En mi práctica cotidiana, recibimos cada vez más pacientes en edad productiva debido a la prevalencia de factores de riesgo como obesidad, tabaquismo, hipertensión y diabetes. Esto ha provocado que las cifras vayan en aumento, haciendo que el ACV ya no sea exclusivo de adultos en edades avanzadas.
Con ello, reconoció la labor conjunta entre las sociedades médicas e instituciones de salud públicas y privadas del México, la cual ha permitido que actualmente existan 230 centros hospitalarios en el país habilitados para manejar correctamente esta condición de salud.