Dentro de la práctica médica es necesario estar preparado para diversos retos y conocer la mejor forma de enfrentarlos. Si bien, en la facultad enseñan lo básico acerca de cómo detectar y diagnosticar enfermedades y padecimientos, también existen algunos aspectos que no se suelen enseñar en los salones de clases.
Al respecto, es importante que conozcas que el consentimiento informado es la expresión tangible del respeto a la autonomía de los pacientes en el ámbito de la atención médica y de la investigación en salud. No es un documento como tal sino un proceso continuo y gradual que surge entre el personal de salud y el paciente.
Mediante el consentimiento informado el personal de salud le informa al paciente competente, en calidad y en cantidad suficientes, sobre la naturaleza de la enfermedad y del procedimiento diagnóstico o terapéutico que se propone utilizar, los riesgos y beneficios que éste conlleva y las posibles alternativas. El documento escrito sólo es el resguardo de que el personal médico ha informado y de que el paciente ha comprendido la información.
Por su parte, cuando se trata de un procedimiento de riesgo mayor, el consentimiento debe ser expresado y comprobado por escrito, mediante un formulario firmado y el cual será parte del expediente clínico. Las situaciones en que se requiere el consentimiento informado escrito, de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana del Expediente Clínico, son las siguientes:
- Hospitalización en pacientes psiquiátricos, por mandato judicial, urgencia, peligro de quienes viven con él y riesgo de suicidio, entre otros.
- Intervención quirúrgica.
- Procedimientos para el control de la fertilidad.
- Participación en protocolos de investigación.
- Procedimientos diagnósticos o terapéuticos que impliquen riesgos físicos, emocionales o morales.
- Procedimientos invasivos.
- Procedimientos que produzcan dolor físico o emocional.
- Procedimientos socialmente invasivos y que provoquen exclusión o estigmatización.