Por disposición oficial, en nuestro país está restringida la venta de antibióticos y sólo se pueden conseguir cuando el paciente presenta una receta médica. Se trata de una estrategia que ha servido para disminuir su consumo innecesario, aunque todavía no ha sido suficiente.
Por otra parte, se encuentran el resto de medicamentos que son de venta libre. Para buscar crear conciencia entre la población se creó la campaña “Conocerse en cuidarse”. Con esta medida se espera lograr un consumo responsable de este tipo de fármacos.
Evitar la saturación de medicamentos
El programa es encabezado por la Asociación de Fabricantes de Medicamentos de Libre Acceso (Afamela) a partir de las recomendaciones de la Secretaría de Salud (SSa) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
Se trata de la primera vez que las empresas del sector, nacionales y globales con presencia en México, unen esfuerzos para recordar a la población sobre las ventajas del uso de estos productos, disminuyendo riesgos en su consumo y propiciando un mejor aprovechamiento de los mismos.
Para hacer un uso responsable de los medicamentos que no requieren de una receta médica para su adquisición se recomiendan los siguientes consejos. Así que no olvides transmitir la información a tus pacientes y así promover un consumo responsable.
- Leer y seguir las instrucciones que aparecen en las cajas y etiquetas de los medicamentos.
- Evitar un uso permanente a menos que así lo indique su etiqueta.
- No extender su empleo o incrementar la dosis recomendada.
- Prestar especial atención a las “indicaciones”, a fin de no tomar dos medicamentos que contengan sustancias distintas, pero que sirven para aliviar un mismo síntoma o problema común de salud.
- No tomar ningún medicamento con bebidas alcohólicas.
- No dar a los niños un medicamento para adultos.
- Tener cuidado sobre el consumo de estos productos en el caso de mujeres embarazadas o lactantes, especialmente aquellas que se encuentran en el primer trimestre del embarazo.
- Recurrir a un médico e interrumpir el uso de un medicamento si el síntoma o el problema común de salud persiste o se agrava.