No es un secreto el actual estado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Sus unidades presentan una saturación que afecta tanto a pacientes como al personal de salud. En primera instancia, los derechohabientes deben esperar durante horas para recibir atención. A su vez, los médicos y enfermeras sufren de jornadas agotadoras de trabajo.
A pesar de ser un grave problema del que todos están conscientes, parece que nadie quiere enfrentarlo y ofrecer una solución. Por su parte, el estudio Realidad Financiera y Operativa IMSS 2019 reveló que la situación está al borde del caos.
De acuerdo con la investigación, los hospitales y clínicas del IMSS presentan una ocupación del 90 por ciento. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un máximo de 85 por ciento para ofrecer un nivel de atención adecuado y así reducir el riesgo de infecciones nosocomiales.
Más pacientes, mismo número de médicos
Por su parte, el análisis también muestra que en el 2014 el IMSS tenía un nivel de ocupación del 83 por ciento. Existen varios factores que han propiciado esta situación, pero uno de los más grandes es la falta de inversión en infraestructura médica.
Mientras que cada año aumenta el número de mexicanos afiliados al IMSS, la construcción de nuevos hospitales no es proporcional. En ese sentido, el estudio muestra que en el 2012 el instituto contaba con 19.96 trabajadores por cada mil derechohabientes. En cambio, en la actualidad es de 17.52 por cada mil.
Lo anterior no significa que se haya despedido a personal sino que ahora existen más derechohabientes pero se mantiene el mismo número de empleados.
En el caso de médicos familiares, pasaron de 0.43 por cada mil asegurados a 0.35 por el mismo número de pacientes. En el caso de enfermeras pasó de 2.53 a 2.20.
Todo lo anterior resume la crisis por la que atraviesa el IMSS. Mientras que la mayoría de los pacientes muestran su inconformidad por el lento servicio, para los médicos y enfermeras es igual de tortuoso laborar en el instituto.