El sistema de salud pública de nuestro país se encuentra en medio de una severa crisis. La situación no es nueva pero se agudizó con la renuncia de Germán Martínez a la dirección del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Entre sus motivos se encuentran los recortes de presupuesto que sufrió durante el corto período de tiempo que estuvo en el cargo.
Por su parte, en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se presenta un panorama similar. Fue su director, Luis Antonio Ramírez, quien reconoció el desabasto de medicamento que enfrentan. Se trata de un aspecto que genera descontento tanto entre derechohabientes como en los médicos.
Nuestra principal preocupación tienen que ver con el abasto de medicamentos, que nos preocupa a nosotros y obviamente sí hay dificultades (…), mucho del abasto tiene que ver con contratos que se hicieron en el año pasado y estamos buscando ahora cómo garantizar que el abasto se dé en tiempo y fácilmente. No hay riesgo de mayor desabasto, pero sí tenemos dificultades y estamos buscando cómo lo vamos a resolver.
Problema nacional
Lo que más preocupa es que se trata de una problemática generalizada. Hasta el momento se contabilizan 24 estados en los que existen deficiencias en la distribución de medicamentos. Se trata de Tamaulipas, Hidalgo, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Coahuila, Nuevo León, Puebla, Ciudad de México, Durango, San Luis Potosí, Yucatán, Quintana Roo, Veracruz, Baja California Sur, Tabasco, Querétaro, Chihuahua, Nayarit, Guerrero, Oaxaca, Baja California, Colima y Sonora.
Pese a que entre los motivos se argumenta el cambio de sexenio, ya ha pasado cerca de medio año y la situación parece no estabilizarse. En el caso de las medicinas, algunas de ellas se requieren con urgencia para garantizar el estado de salud de los pacientes.