Los últimos estudios dirigidos por Andrea Cheville, médica de Medicina Física y Rehabilitación de Mayo Clinic, plantean que prestar servicios de rehabilitación a distancia a los pacientes con cáncer en etapa avanzada les mejora la funcionalidad física, el dolor y la calidad de vida. Al mismo tiempo, les permite pasar menos tiempo hospitalizados o en asilos médicos. Los resultados se publican en la edición electrónica de JAMA Oncology.
Los pacientes con cáncer en etapa avanzada generalmente pierden la capacidad funcional y, por ello, tienen menor calidad de vida y toleran menos los tratamientos contra el cáncer. Sabemos que la rehabilitación y el ejercicio pueden revertir o ralentizar estas deficiencias, pero los pacientes suelen tener mucha dificultad para encontrarlos y aún más para obtenerlos. Como resultado, muchas personas pierden la capacidad de atenderse a sí mismas y se vuelven dependientes de otros.
A fin de realizar el estudio, la rehabilitación a distancia del paciente empezó a través de un programa personalizado e impartido vía telefónica por un fisioterapeuta de acondicionamiento físico. Se controló el avance de los pacientes, quienes compartieron con los especialistas comentarios acerca del nivel de dolor y del funcionamiento físico, sea por Internet o por teléfono, según su preferencia personal. Siempre que fue necesario, se remitió al paciente a los fisioterapeutas locales para refinar un poco más el programa.
Evitar estadías largas en hospitales
El ensayo abarcó a 516 participantes con cáncer en etapa avanzada y limitaciones funcionales. Los sujetos fueron asignados al azar a uno de tres grupos. El primero fue un grupo de control, en el que los pacientes continuaron con su cuidado y actividades habituales. El segundo grupo recibió rehabilitación a distancia. El tercer grupo recibió medicamentos para controlar el dolor sumado a la rehabilitación a distancia. Este tercer grupo fue incluido para evaluar si la adición del control medicamentoso del dolor aportaba más beneficios a la rehabilitación a distancia.
Los resultados mostraron que los sujetos asignados solamente a la rehabilitación a distancia fueron los que más beneficios cosecharon: mayor nivel de funcionalidad y autosuficiencia, menos dolor y menor cantidad de días en el hospital o en un asilo médico.
No fue sorprendente para nosotros ver el beneficio de la rehabilitación a distancia, pero sí nos sorprendió que la adición de medicamentos para controlar el dolor no aportase ningún resultado mejor. Por ello, pensamos explorar esto en un estudio futuro.
El estudio plantea, en general, que ampliar la atención médica del cáncer para incluir a la rehabilitación a distancia y concentrarse en conservar la fuerza y la funcionalidad pueden servir para mejorar la calidad de vida de los enfermos de cáncer y protegerlos contra hospitalizaciones largas y estadías prolongadas en asilos médicos.