Como profesional de la salud, sabes que existen ciertos valores que debes respetar ante cualquier circunstancia. Uno de ellos es la sinceridad hacia tus pacientes. Siempre debes de ser frontal dentro del consultorio y no ocultar información. Si no lo haces, no sólo puedes poner en riesgo la integridad de quienes acuden contigo sino que también tu reputación está en riesgo.
Todo esto es debido a un caso registrado en Chile que recién se dio a conocer. Todo inició cuando la mujer Belén Aguilera Opazo denunció a través de redes sociales que su médico había cometido una penosa acción. En internet encontró la ecografía 3D de una mujer que era muy similar a la que le entregaron a ella dos años atrás cuando estaba embarazada. El hecho le pareció muy curioso y decidió comparar ambas a detalle. La mayor sorpresa se la llevó cuando vio que eran las mismas.
Al investigar más a fondo, descubrió que no sólo eran dos personas con la misma ecografía sino que se trataba de al menos un decena de mujeres. Lo que tenían en común es que todas habían sido atendidas por el Dr. Eduardo Oliva Andaur.
Ante el hecho, las mujeres se unieron y denunciaron la falta de ética del especialista. Aseguraron que era inaceptable que jugara con los sentimientos de sus pacientes y les mintiera de esta forma.
Respuesta del médico
Por su parte, el ginecólogo y obstetra acusado publicó una carta en la que se defiende de los hechos. A decir del especialista, todo se generó por un problema técnico pero en ningún momento hubo un hecho hacia sus pacientes.
De manera involuntaria al momento de imprimir la imagen en 3D, ésta correspondía a una foto configurada previamente por el fabricante del equipo a modo de demostración.
En ese sentido, el Dr. expuso que la ecografía 3D que ahora es objeto de discusión, no corresponde a otra paciente. Tan sólo se trata de una fotografía preestablecida en el sistema.
Por lo pronto, el Colegio Médico de Chile analiza el caso para tomar un veredicto final. Algunos señalan que ante la gravedad de los hechos, se le debería prohibir ejercer la profesión al especialista. Por otra parte, existen quienes aseguran que a quien se debe castigar es al fabricante del equipo.
¿Y tú que opinas de este caso?
