Como recién te informamos, la Secretaría de Salud (SSa) presentó la actualización de 11 Guías de Práctica Clínica. La selección se basó en las enfermedades de mayor incidencia en México. Con esto, los profesionales de la salud contarán con una herramienta para diagnosticar, rehabilitar y brindar los mejores tratamientos a los pacientes que así lo requieran.
Beneficios para médicos, hospitales y pacientes
De esta manera, es claro que las guías ayudan a ofrecer una mejor atención. Pero de igual forma se debe hacer énfasis en todo el trabajo previo que se requiere. No se trata de simples hipótesis ni ideas sin fundamento sino que se requiere de estudios y pruebas contundentes.
En primera instancia, las Guías de Práctica Clínica le ayudan al personal porque mejoran la calidad de las decisiones clínicas. Le ofrecen recomendaciones explícitas a los médicos que no están seguros acerca de la mejor forma de proceder. También es importante actualizarlas de forma constante para adecuarlas a los tiempos modernos.
A su vez, no sólo le ofrecen ventajas a los médicos sino a todo el sistema de salud. Con su implementación se pueden reducir los gastos de hospitalización, los medicamentos recetados y las cirugía realizadas a los pacientes. Esto implica un menor gasto para los hospitales y una recuperación más rápida para los pacientes.
Por otra parte, los pacientes también obtienen beneficios. El mayor es una mejora en su salud porque las Guías de Práctica Clínica están basadas en evidencia científica.
Al final, lo que proporcionan es una mejor imagen de los sistemas de salud. Permiten estandarizar la atención médica y reducir los riesgos hacia los pacientes. El objetivo central es que todos sean atendidos de la misma forma, sin importar en dónde o por quién sean tratados.