Es una realidad que el mundo enfrenta un panorama sombrío a causa de algo tan simple como evitar vacunarse. Aunque se trata de una acción sencilla que le ofrece protección al cuerpo, cada vez más personas están en su contra. Entre las mayores consecuencias se encuentra el resurgimiento del sarampión.
En ese sentido, recuerda que los profesionales de la salud también pueden utilizar la palabra como una forma de curación. En caso de que tengas pacientes que tengan dudas acerca de la aplicación de vacunas, sigue los siguientes consejos de la Universidad de Columbia.
Siempre mantén el respeto por el paciente
Toma en cuenta que la mayoría de los antivacunas piensan que están haciendo lo correcto para ellos y sus familias. Nunca los insultes ni los trates como ignorantes y promueve una comunicación amigable y cordial. El diálogo debe ser tu mayor herramienta.
No llenes al paciente de cifras
Un error común es saturar a los pacientes de información, lo que provoca un efecto inverso. Lo ideal es siempre ser directos y transmitir ideas cortas que les muestren la realidad sobre los peligros de no vacunarse.
Preguntar y no sólo responder
Para que realmente se trate de una comunicación debe existir retroalimentación. Aunque debes de tomar la iniciativa al hablar con tu paciente, también debes de escucharlo. De igual forma, es conveniente que le preguntes el por qué de su oposición a las vacunas.
Muestra el origen del problema
Finalmente, para que los pacientes entiendan de forma clara el problema, deben conocer el origen. Por eso debes de explicarles que todo surgió hace 20 años por un estudio que relacionaba las vacunas con el autismo. No tenía un sustento científico y al poco tiempo se demostró su error, aunque por desgracia ya era demasiado tarde.