Cada día se suman más voces que solicitan la aprobación del uso de la mariguana, tal y como se da en este momento en varios estados de la Unión Americana, alegando que los individuos deben elegir a su libre albedrío si desea o no consumir drogas ya que de lo contrario se estaría coartando su libertad en cuanto al desarrollo de su personalidad.
La tesis anterior es válida, pero el problema es cuando hay terceros afectados, sobre todo la familia, por el consumo de drogas.
Una de las razones que se esgrimen para la despenalización del uso de cannabis es afectar los ingresos económicos del narcotráfico ya que ésta representa la droga de mayor consumo a nivel nacional, pero el imponderable pero, es que al parecer no han tomado en cuenta que el número de multiusuarios (que consumen varios tipos de drogas a la vez) ha aumentado, por lo cual es válido el plantearse la pregunta ¿sólo la mariguana?
Independientemente de lo anterior, llama poderosamente la atención que nadie ha mencionado medida alguna para evitar que esta droga llegue no sólo a los adolescentes sino inclusive a niños, incluyendo a los profesionales de la salud encabezados en este caso por los pediatras. El riesgo que se corre es que se apruebe la legalización de la mariguana sin los candados adecuados y entonces añadiríamos otra situación de riesgo para la población infantil.
El planteamiento anterior no es utópico ya que la dinámica de trabajo de la presente Administración Federal se presta para que el día menos pensado nos digan que ya salió la nueva ley sin saber que proceso se siguió. Recordemos que los problemas urgentes que nos comunica el presidente López Obrador el día de hoy sucumben ante los siguientes que se analizan en la cotidiana conferencia mañanera sin dar seguimiento a lo planteado con antelación.
Parafraseando a Sergio Aguayo podemos decir: “En el gobierno de la Cuarta Transformación no hay ni pausa para el azoro ni tiempo para el aburrimiento”. Lo cual es por demás cierto, pero lo trágico para nosotros es que no hay un camino a seguir para la solución de la problemática señalada.
El avance en el proceso de la legalización de la mariguana nos está ganando, debemos levantar la voz y exigir que se garantice la protección de nuestros niños y adolescentes proponiendo que en las escuelas se hable tanto a padres de familia como alumnos sobre el uso y abuso de esta sustancia, enfatizar que en menores de edad sí afecta el área cognitiva amén de que la posibilidad de experimentar con otro tipo de drogas se incrementa.
Si no hemos podido controlar el acceso de alcohol y el tabaco en menores ¿cómo podemos asegurar que la mariguana sí? ¡Actuemos ahora!