Hace poco se cumplieron los primeros 100 días del actual sexenio, pero las anomalías con respecto a la administración anterior continúan. En específico, dentro del sector salud existen severos problemas que han empezado a salir a la luz. Se estima que existen al menos 50 casos de corrupción relacionados con funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto.
En ese sentido, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) es uno de los mayores afectados. De acuerdo con su director, Luis Antonio Ramírez, heredó un pasivo estratosférico de 22 mil 598 millones de pesos. Esto afecta de forma severa en su personal e infraestructura hospitalaria.
Para tener una idea del problema, la deuda actual ha provocado que exista un déficit de al menos 2 mil médicos. A su vez, existen 33 obras hospitalarias inconclusas. La falta de recursos provoca que no se pueda contratar a más personal. De igual forma, resulta inverosímil que se haya iniciado la construcción de hospitales y ahora no se puedan concluir.
Por su parte, se debe recordar que su presupuesto para este año es de 323 mil 322.2 millones de pesos. De la cifra mencionada apenas el 0.5 por ciento está destinado a gastos de inversión.
No sólo se trata que el ISSSTE tiene instalaciones obsoletas y saturadas sino que no se cuenta con los recursos suficientes. A su vez, la suma destinada al pago de pensiones cada vez es mayor, lo que hace suponer un panorama incierto para el instituto.