A lo largo de los últimos 20 años, los consultorios anexos a farmacias han ganado popularidad en nuestro país. Su mayor incentivo son sus consultas económicas, lo que atrae a la mayoría de la población de bajos recursos. Esto se traduce en que son uno de los negocios más redituables de la actualidad.
Para entender su impacto, ya ofrecen 35 mil consultas al día más que el propio Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Pero de igual forma existen muchas quejas acerca de su operación y el trato hacia los profesionales de la salud. Dentro de las principales molestias se encuentran los contratos de trabajo. No contar con prestaciones, aguinaldo, antigüedad y otras garantías laborales algunas de las quejas.
Pero existe otro punto que algunos señalan que se vive dentro de los consultorios anexos a farmacias. Existen personas que afirman que los médicos son obligados a prescribir antibióticos a sus pacientes. Mientras que es claro que en algunos casos sí se requieren para tener una recuperación total, en otros no son necesarios.
Aunque no se puede comprobar, algunos ex trabajadores han señalado que se les obliga a cumplir con una “cuota” diaria. Por orden de sus superiores, deben recetar antibióticos a sus pacientes. El objetivo es que los compren en las farmacias y así se logre un “negocio redondo”. Se debe recordar que en nuestro país se requiere de una receta médica para adquirir antibióticos en cualquier establecimiento.
A su vez, aunque no es exclusivo de México, durante los últimos años se ha registrado un consumo desmedido de antibióticos. En parte, por eso se ha generado la resistencia bacteriana que cada vez provoca más muertes a nivel mundial.
Y en tu caso, ¿tienes conocimiento de que este tipo de prácticas sean reales?
