Recién se cumplieron los primeros 100 días del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Se trata de una fecha que funciona como parámetro para determinar las acciones que se han realizado y lo que falta por hacer. Mientras que la popularidad del mandatario ha aumentado, algunos cuestionan las decisiones que ha tomado.
En el caso específico del sector de la salud, existen muchas inconformidades por lo observado hasta el momento. Pese a las aspiraciones de tener un sistema sanitario al estilo nórdico, parece que sólo se piensa en los pacientes y no en los trabajadores.
Mientras uno de los programas estelares del actual sexenio es la beca para jóvenes, se han tenido que sacrificar otros. De esta forma, para invertir en Jóvenes Construyendo el Futuro se tuvo que recortar a otros sectores, entre ellos la salud.
A raíz de lo anterior es que se han presentado recortes dentro del personal de la salud pública. Mientras que el argumento inicial es que se buscaría “hacer más con menos”, en realidad todo ha sido provocado por la reducción del presupuesto.
Si bien, es benéfico que se promueva el apoyo a los jóvenes, la forma en que se planificó el programa muestra deficiencias. A su vez, los trabajadores de la salud que enfrentan diversos retos, no reciben el soporte que requieren. Cada vez son más evidentes las carencias que sufre la salud pública en nuestro país. Los casos de personal que tiene que “improvisar” ante la falta de equipo provocan indignación.