A escala internacional, la obesidad ha ido en aumento. Particularmente en las economías emergentes y desarrolladas, se documentan cada vez más gastos asociados a esta enfermedad. En México el problema se ha disparado significativamente en los últimos años. Desde hace más de un lustro, el país registra a 1 adulto con esta condición por cada 3. Esta tasa es la mayor entre las naciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
De 2012 a 2016, la población mayor a 18 años con esta condición subió de 20.5 a 4.3 millones. En entrevista con El Universal, Luis Zurita Macías Valadez dijo que los mexicanos aún no asumen su nivel de obesidad. Señala que esta enfermedad no es, como dicen muchos pacientes, “estar gordito y ya”. Hay que entender, aseguró, que se trata de una enfermedad crónica degenerativa.
Grados de obesidad, sin el correcto entendimiento
El especialista en cirugía de obesidad recordó que la condición puede dividirse en 3 grados. En el primero, se observa un Índice de Masa Corporal (IMC) de entre 30 y 34.9. El riesgo moderado se observa a partir de un IMC de entre 35 y hasta 39.9. Cualquier paciente con un IMC superior a 40 puede considerarse que ya está super obeso.
Ésta es la forma más fácil de medir la obesidad. Y de buscar un tratamiento basado en una atención multifactorial. Una terapia que cuente con el apoyo de un nutriólogo, sociólogo, médico internista y los cirujanos, en caso de requerir una intervención. Es importante enfatizar que, sin importar el grado del paciente, se deben corregir los hábitos. No existen los milagros.
Zurita Macías reafirmó que el tratamiento depende del grado de obesidad. Sin embargo, recordó que no solo los pacientes con más de 200 kilogramos de peso requieren cirugía. Apuntó que el curso de acción depende del IMC. Como el promedio de altura en México no es tan alto, una mujer de 1.55 metros y 96 kilos ya estaría en un cuadro mórbido, no solo “gordita”.
También comentó que los costos de la obesidad no se limitan a la enfermedad en sí. Recordó que la diabetes, la hipertensión, el reflujo, la infertilidad y el cáncer están todos relacionados a un alto IMC. Para 2010, los costos de todas estas condiciones sumaban 806 millones de pesos (mdp). En 2030 podrían escalar a mil 200 mdp y, para 2050, superar los mil 700 mdp.