La depresión es fácilmente uno de los padecimientos más peligrosos y extensos en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta 300 millones de personas la padecen. Así como puede ser causada por un diagnóstico difícil, también puede ser provocada por el trabajo. Una de sus consecuencias más importantes es el suicidio, que tiende a ser muy difícil de predecir.
Un estudio publicado en JAMA Psychiatry propone una nueva forma de predecir el riesgo de suicidio. Se trata de un modelo que toma en cuenta múltiples conductas y manifestaciones emocionales. En pruebas clínicas iniciales, probó ser más preciso que un diagnóstico psiquiátrico. El método, según su autor líder Nadine Melhem, representa un gran avance en el área.
El predecir el comportamiento de suicidio es una de las tareas más complejas de la labor psiquiátrica. Pero estamos hablando de un fenómeno que tiene consecuencias mortales. No es aceptable que nuestros métodos actuales tengan una exactitud apenas mejor que decidir al azar. [Nuestro modelo busca adaptarse al cambio que ciertos síntomas experimentan con el tiempo].
Un predictor de suicidio con sensibilidad del 87 por ciento
Para diseñar este método, Melhem y su equipo observaron a 633 jóvenes diagnosticados como de alto riesgo de suicidio con métodos tradicionales. Se les catalogó de esta forma principalmente por las tendencias de sus padres por terminar con su vida. A lo largo de 12 años, se realizaron análisis psiquiátricos para monitorear múltiples posibles síntomas. Algunos de los elementos observados fueron depresión, falta de esperanza, irritabilidad, impulsividad y agresión.
Tras analizar todos estos síntomas, se detectó que algunos tienen una correlación más cercana con el suicidio. En específico, los síntomas depresivos severos y la variabilidad extrema de los mismos parecen tener gran influencia en la decisión de terminar con la vida. Por otro lado, elementos como la agresividad y la impulsividad a lo largo del tiempo casi no pesan en el diseño del modelo.
El modelo del equipo de Melhelm, la Puntuación de Predicción de Riesgo, evalúa edad, desórdenes del humor, abuso infantil, historial parental y personal de intentos de suicidio, etcétera. Una calificación de más de 3 indica un riesgo muy alto de comportamiento suicida. Su sensibilidad fue de 87 por ciento, aunque los investigadores admiten que debe ser corroborado por otros grupos.