El panorama del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) ha cambiado radicalmente en los últimos años. No solo es posible controlar casi perfectamente los efectos de la infección con un correcto uso de fármacos. Además, existe significativo progreso en la tarea por eliminar prejuicios hacia los pacientes. Sin embargo, todavía se deben destruir varias prácticas discriminatorias.
Una de ellas es la de limitar los tratamientos anticancerígenos en pacientes con VIH. Un estudio en Cancer afirma que las infecciones por el virus no son una contraindicación para terapias intensivas que eliminan tumores malignos. Esto es porque, con los tratamientos actuales, los niveles del patógeno son tan bajos que los pacientes tienen un buen sistema inmune.
Rompiendo barreras para pacientes con VIH
En una carta editorial adjunta, Richard Little asegura que este descubrimiento será crucial entre pacientes con cáncer cervical. Señala que el VIH es un factor de riesgo para esta neoplasia en específico. Sin embargo, apunta el especialista, todavía hay doctores que se niegan a dar los mejores tratamientos disponibles a las mujeres con una infección de este tipo.
Podemos resumir de forma muy sencilla el mensaje de esta investigación. Tenemos pacientes con VIH que tienen acceso a terapias modernas. Si estas personas tienen cáncer, se les puede tratar bajo los mejores estándares médicos y terapéuticos. Las diferencias en los resultados de los tratamientos antitumorales entre las personas afectadas por el virus y las que no son mínimas.
Los hallazgos del estudio se obtuvieron tras observar a pacientes jóvenes en Botswana. Se observó su supervivencia a 2 años de iniciar el tratamiento curativo de cáncer. Entre las mujeres con y sin VIH, no se encontraron diferencias significativas en su esperanza de vida. Además, se observó que toda la población, con o sin virus, tiene acceso a las mismas terapias anti-tumorales. Little afirmó que el país africano debería convertirse en un ejemplo a seguir en el resto del mundo.
Creo que estas investigaciones sirven como un poderoso ejemplo. Uno de cómo las disparidades en el tratamiento pueden reducirse. Esperemos que pronto el enfoque hacia el VIH y el cáncer sea más parecido al de Botswana en todo el mundo. Que siempre se procure dar el mejor tratamiento posible. Y que se abran más clínicas especializadas en casos de comorbilidad.