El Virus del Papiloma Humano (VPH) es el gran factor de riesgo en cáncer cervical. Hasta 9 de 10 tumores diagnosticados están ligados a su presencia. Ante este reto, el sector médico mundial ha emprendido agresivas acciones en vacunación y tamizaje. Si se continúan y refuerzan estas estrategias, la neoplasia dejaría de ser un reto de salud pública para finales de siglo.
Un estudio publicado en The Lancet Oncology señala que es posible reducir la incidencia de cáncer cervical a 4 casos en cada 100 mil mujeres en 149 de 181 países para 2100. Este nivel es el necesario para dejar de considerar la neoplasia como un problema de salud pública mayor. Para lograr este objetivo, se requiere establecer una alta penetración de vacunas para el VPH. Asimismo, se necesitaría una tasa importante de tamizaje para este tumor entre la población.
44.4 millones de casos de cáncer cervical en medio siglo
Los datos partieron de un modelo predictivo de cáncer cervical. Se modeló qué tan rápido disminuirían (o aumentarían) los casos en cada país del mundo, de multiplicar (o limitar) vacunas y tamizajes.
Karen Canfell, autora líder de la investigación, afirma que la erradicación del cáncer cervical está al alcance. Entre 2020 y 2069, se podrían evitar hasta 13.4 millones de diagnósticos con estrategias de prevención. Pero no fortalecer la vacunación y el tamizaje significaría la detección de 44.4 millones de nuevos casos en los próximos 50 años por el crecimiento poblacional.
A pesar del volumen del problema, nuestros hallazgos sugieren que la eliminación global del cáncer cervical está a nuestro alcance. Incluso con las herramientas que ya tenemos a nuestra disposición. […] Más de 2 de cada 3 casos podrían ser evitados en países de medio y bajo desarrollo. En estas naciones, el acceso a vacunación y tamizaje ha sido muy limitado. […] Si no adoptamos estas intervenciones, tendremos millones de muertes, prematuras y prevenibles.
Para 2014, la cobertura de la vacuna contra el VPH era de menos del 3 por ciento entre mujeres de 10 y 20 años en países emergentes y pobres. En naciones desarrolladas, la tasa de inmunización alcanza más del 33 por ciento. Algo similar sucede con el tamizaje para el cáncer cervical. Para zonas de bajos recursos, menos de 1 de cada 5 mujeres tienen acceso a estas pruebas. Pero en territorio de mayor poder adquisitivo, están disponibles a 3 de cada 5 pacientes.