Solo en México, se estima que existen alrededor de 2.5 millones de pacientes con psoriasis. Por supuesto, la gravedad de la enfermedad varía significativamente en cada caso. Como se trata de una condición sin cura, los pacientes deben aprender a sobrevivir con sus síntomas. Entre ellos, un mayor riesgo de padecer ciertas condiciones cardiacas, entre ellos infartos y aterosclerosis.
Pero un estudio parece demostrar que una terapia biológica podría usarse para matar dos pájaros de un tiro. Los fármacos usados para tratar inflamación en psoriasis severa también reducirían la acumulación de plaquetas en las arterias. Nehal Mehta, autor líder de la investigación publicada en Cardiovascular Research, apunta que los tratamientos serían comparables al uso de estatina.
Un tratamiento con doble uso en la psoriasis
Mehta recuerda que la psoriasis severa está ligada a la incidencia de condiciones coronarias. En anteriores estudios, se ha encontrado que los jóvenes con esta enfermedad son más vulnerables. Para cuando tienen entre 40 y 50 años, es el doble de probable que sufran un infarto al miocardio. Esto, frente a la población en general. Además, suelen presentar inflamación en el cuerpo.
A varios pacientes de psoriasis se les controla esta inflamación con fototerapia o soluciones tópicas. Sin embargo, a una fracción de la población se les deben administrar anti-inflamatorios biológicos. Mehta y su equipo observaron si estos fármacos también mejoraban la salud coronaria. Encontraron que, a un año de terapia, redujeron la carga coronaria de plaquetas no calcificadas en hasta 8 por ciento. Un efecto similar a dosis bajas de sustancias que previenen aterosclerosis.
En un grupo de control, que no usaba el tratamiento biológico, la carga negativa de hecho aumentó. Mehta apunta que todavía es muy pronto para decir cómo afecta exactamente la terapia en la salud coronaria. Una teoría es que mejora directamente la calidad de las plaquetas coronarias. Pero también solo podría ser producto de la reducción en la inflamación sistémica.
Los investigadores llaman a considerar con mayor seriedad los tratamientos biológicos. Apuntan que sus hallazgos, sumados a resultados anteriores, confirman su rol en la salud cardiaca. Sin embargo, Mehtan señala que muchos pacientes con psoriasis se niegan a estas terapias. En parte, porque se administran a través de inyecciones. Pero también porque debilitan el sistema inmune.