Hace un año, se advertía en México el bajo número de donaciones para un trasplante. A pesar de miles de pacientes en espera hay pocas personas, vivas o muertas, dispuestas a dar sus órganos. Este reto se hace todavía más difícil por la barrera que representa el sistema inmune. En su tarea por defender de invasiones externas, tiende a rechazar la operación a pesar de los esfuerzos clínicos.
Una nueva terapia podría facilitar significativamente cualquier trasplante. Para eso, un estudio propone aprovechar el Moderador de Antígenos Leucocitarios Humanos G (HLA-G). El hallazgo, liderado por la Universidad de Augusta, se encuentra en The FASEB Journal. Esta sustancia permitiría ‘silenciar’ dos moléculas clave del sistema inmune en el rechazo a órganos ajenos.
Tecnología del embarazo para el trasplante
El moderador HLA-G se encuentra comúnmente en el embarazo. Su función es precisamente prevenir que el sistema inmune ataque al feto. Las células T citotóxicas, al ver el ADN distinto del embrión, tienden a querer eliminarlo. Sin embargo, la molécula suprime dos elementos cruciales para esta tarea. Este mismo proceso podría utilizarse para evitar el rechazo a un trasplante.
Anatolij Horuzsko, autor líder del estudio, apunta que el moderador HLA-G bloquea la acción de la perforina y la granzima. Estas moléculas inducen a que las células extrañas se inflamen y autodestruyan. En su estudio, analizaron los niveles de esta sustancia protectora en el plasma de 90 pacientes. Quienes habían tenido un trasplante más estable, tenían una mayor concentración en su sistema.
En modelos animales, se confirmó que el moderador HLA-G es responsable de la aceptación a un trasplante. También se probó que es teóricamente posible introducir esta molécula artificialmente, con resultados similares. Sin embargo, Horzsko comentó que por el momento su técnica es muy primitiva. Esto, porque la sustancia no permanece mucho tiempo en el organismo.
Por otro lado, se mostró esperanzado ante esta potencial terapia. Comentó que, si se puede crear un moderador HLA-G más resistente, se podría usar comúnmente en un trasplante. Así, podría reducirse la necesidad de medicamentos y terapias de seguimiento. Recordó que en hasta el 15 por ciento de los procedimientos, el organismo del paciente rechaza el órgano donado.