La alta ingesta de alimentos grasosos o azucarados provoca múltiples problemas de salud. La mayoría tienen que ver con el funcionamiento cardiovascular y el sobrepeso. En ocasiones inusuales, incluso provoca otros efectos adversos inesperados. Pero de todos los platillos en esta categoría, uno de los más peligrosos podría ser el pollo frito. O cualquier alimento similar.
De acuerdo con un estudio publicado en BMJ, los platillos cocinados con esta técnica incrementan el riesgo de muerte prematura. Específicamente el consumo diario de pollo frito hace que los pacientes sean hasta 13 por ciento más vulnerables a este evento adverso. Wei Bao, coautor de la investigación, recalcó a Reuters que el peligro es independiente de otros factores de riesgo.
Comer alimentos fritos, [como el pollo frito] incrementa el nivel de ingesta calórica. Asimismo, aumenta el riesgo de obesidad. Ambos son factores de muerte. Sin embargo, en nuestro análisis consideramos consumo de calorías, decisiones de estilo de vida y diagnóstico de sobrepeso. Incluso con un control de estos elementos, la asociación se mantiene. Estos productos aumentan la probabilidad fallecer, tanto por causas cardiovasculares como por cualquier otra.
Pollo frito, un peligro de muerte
Los investigadores utilizaron datos de 106 mil 966 mujeres en Estados Unidos entre 1993 y 2017. Todas las participantes reportaron sus costumbres dietéticas y tenían entre 50 y 79 años. Se realizó un seguimiento promedio de 18 años para cada paciente. Comer al menos una porción de pollo frito incrementó en 12 por ciento el riesgo de morir por complicaciones del corazón. Esto, en comparación a las mujeres que no consumían este alimento regularmente.
Por supuesto, el pollo frito no fue el único platillo que se observó. También se examinó el consumo de peces, sandwiches, ostras, camarones, papas a la francesa, totopos y tacos. Los expertos comentan que, curiosamente, este hábito alimenticio no afecta el riesgo de muerte por cáncer. Además, las pacientes que frecuentemente ingieren este tipo de comida suelen más ser jóvenes. También tienden a ser latinas o afroamericanas y tener menor escolaridad e ingresos.
Bao afirma que el estudio no fue controlado. Además, tampoco se observó el efecto del pollo frito en la salud de los pacientes hombres. Asimismo, se confió que las mujeres participantes recordaran correctamente sus alimentos del día. Sin embargo, confía en que sus hallazgos ayuden a crear conciencia sobre los peligros del pollo frito y otros alimentos similares.