Hace casi un año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de una epidemia visual. La institución global señaló que, para 2020, 1 de cada 3 pacientes sufriría miopía. Para 2050, esta tasa incrementaría a 50 por ciento de los casos. Así pues, el problema de las afecciones oculares es cada vez más preocupante. Una alternativa de tratamiento es la cirugía refractiva.
El doctor Jorge Granados Soto apunta, en entrevista con Saludiario, que inició en la segunda mitad del Siglo XX. El Médico Cirujano Oftalmólogo de Optivisión comenta que la cirugía refractiva se extendió de Rusia al resto del mundo. Sin embargo, no fue sino hasta 1993 que se empezaron a utilizar técnicas con láser. Hoy en día, señala, es de los procedimientos visuales más comunes.
La cirugía refractiva no adecuada para todos
Granados Soto señala que el procedimiento LASIK nació en 1998. Apunta que es todavía la variante de cirugía refractiva más común. Comparte que es la más conveniente de su tipo, en la escala costo-beneficio. Si bien hay variantes, reafirma que el principio básico es el mismo. Se talla la córnea con láser y se forma un colgajo (evaporativo o extraíble) para reparar los errores.
A pesar de ser un procedimiento común, no es efectivo para todos los casos. El especialista señala que no solo los pacientes necesitan tener más de 22 años de edad. También su graduación debe ser relativamente estable (entre 0.20 y 0.50 por año). Además, por las características de la cirugía refractiva, la córnea debe tener un grosor adecuado y una forma óptima.
En este último punto, apunta el especialista, la deformación más común es el queratocono. El doctor también señala que los pacientes no pueden tener cicatrices ni ojo seco excesivo. Por estas restricciones, antes de una cirugía refractiva se deben realizar varios exámenes. Entre ellos, una evaluación de agudeza visual y valoraciones del segmento anterior y posterior del ojo. Asimismo, es necesario llevar a cabo una topografía y una paquimetría corneal.
Fuera de estas restricciones, Granados Soto defiende que la cirugía refractiva es uno de los mejores métodos de corrección visual. Apunta que no solo es capaz de disminuir o eliminar las graduaciones. También apunta que los pacientes tienen una mayor libertad en su vida diaria, tanto profesional como personal. De cualquier forma, no está libre de desventajas. Advierte que a veces provoca resequedad ocular, generalmente pasajera, al igual que trastornos en la iluminación.