Los animales de granja y los seres humanos tienen una relación muy cercana. Son una fuente fundamental de alimentación para múltiples países del mundo. Al mismo tiempo, son el escenario perfecto para el desarrollo de enfermedades. En algunos casos, sin el cuidado adecuado, se podrían transmitir patógenos muy poderosos a los seres humanos. Incluso si no hay riesgo de zoonosis, una gripe porcina, aviar o bovina puede afectar severamente a una región.
Así lo demuestran los brotes de gripe porcina africana que han afectado a Europa, Asia y África. Recientemente, Francia anunció severas medidas para evitar que el virus entre a su país. El Ministerio de Agricultura apuntó que comenzará una matanza en la frontera con Bélgica. Con esta acción, se pretende eliminar a cerdos salvajes que pudieran infectar a los animales de granja.
De acuerdo con Reuters, las autoridades de Francia están en el nivel de riesgo máximo. Esto, porque en Bélgica se detectaron 2 casos de gripe porcina a un kilómetro de la frontera. En los próximos días, se pretende erigir un perímetro de seguridad con vallas. Después, en el transcurso de varias semanas, se eliminará cualquier de cerdo silvestre para crear una zona de seguridad.
Gripe porcina, un riesgo para la población
El virus que ha protagonizado esta epidemia ha probado ser muy resistente. No solo no existe tratamiento o vacuna para la gripe porcina africana. Además, su tasa de contagio es muy alta. Esto, en parte por la ayuda que recibe de ciertos factores humanos. Entre ellos, se cuenta las redes de transporte, los desechos alimenticios y e incluso la ropa.
Se teme que la gripe porcina alcance a Alemania, España o Francia. De llegar a estos países, se teme que la mortalidad del virus afecte severamente a la población. Por lo general, las regiones donde llega este virus sufren de severas restricciones de exportación de carne. En Polonia, donde han ocurrido múltiples brotes, se busca masacrar a al menos 185 mil cerdos silvestres.
China ha sido de los países más afectados por la gripe porcina africana. En 2017, más de 700 mil cerdos de granja y salvajes fueron sacrificados para detener la epidemia. Sin embargo, en 2018 la cifra incrementó a 910 mil. A pesar de los esfuerzos, la nación asiática no tiene grandes avances. Expertos a internacionales apuntan que el virus, aunque mortal en animales, no infecta humanos.