En la actualidad nuestro país se encuentra en un momento crucial y lleno de retos, pero sólo a través del trabajo en equipo se lograrán los cambios. Con el cambio de gobierno y funcionarios, lo que más se espera es que realmente exista una transformación que impacte en la sociedad.
En ese sentido, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es uno de los más presionados por la situación en que se encuentra. Durante el año pasado alcanzó la mayor cifra de afiliados en su historia. Gracias a esto, ahora 6 de cada 10 trabajadores mexicanos pertenecen al instituto.
Adiós a la corrupción en el IMSS
Pero tampoco se pueden ocultar las continuas denuncias que se realizan contra el instituto acerca de presuntos casos de corrupción. Es por eso que Germán Martínez, director general del IMSS, anunció que no permitirá ningún acto ilícito dentro de su administración. La medida contempla la suspensión inmediata de sus funciones de quien incurra en actos de corrupción, sin importar su nombre o cargo.
Existe un grave problema y en el que me voy a enfocar, se llama corrupción. Porque corrupto es el funcionario que amaña una licitación, pero también el proveedor que impide el libre mercado o viola la ley para vender medicamentos. Corrupto es el que no sabe perder licitaciones y lanza calumnias para ganar en la mesa o en lo tribunales administrativos lo que perdió en un concurso; corruptos son quienes, detrás de sofisticados mecanismos fiscales, eluden, simulan u ocultan declarar los sueldos reales de sus trabajadores.
De esta manera, en primera instancia se contempla la compra consolidada de medicamentos para evitar la corrupción. A su vez, en caso de ser necesario, las licitaciones podrían abrirse a empresas internacionales.