Fue en el 2010 cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación el lineamiento para la restricción en la venta de antibióticos en México. La medida nació gracias al consumo desmedido que presentaba la población y los diversos problemas que había generado.
Hasta entonces, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) afirmaba que el 60 por ciento de los mexicanos había desarrollado resistencia al efecto de antibióticos. Ante la gravedad del asunto se optó por aplicar la nueva medida.
Cambios mínimos
Pero a casi una década, los cambios observados son mínimos, lo que ha hecho pensar en la verdadera utilidad de esta medida. En ese sentido, el Dr. José Lorenzo García, Director Médico del laboratorio Biocodex México, explica que existen dos factores que han contribuido a este estancamiento.
Los beneficios de la medida han sido mínimos. El principal motivo es que la mayoría de los mexicanos suelen compartir los medicamentos con sus familiares. De esta forma, ayuda muy poco que se solicite una receta médica en las farmacias si al final los pacientes van a compartir las pastillas sobrantes.
A su vez, el Dr. José Lorenzo considera que el segundo factor que ha influido es que en México existe una saturación en la receta de antibióticos. Esto se traduce en que del total de infecciones respiratorias, apenas entre el 10 y 15 por ciento requieren de antibióticos.
Existe un problema con los médicos de primer contacto en México. Ya sea por falta de tiempo o de conocimiento, no realizan revisiones completas y optan por lo más sencillo que es recetar antibióticos que tal vez el paciente no requería.
Debido a los factores mencionados es que, a pesar de la actual restricción para la venta de antibióticos, no se aprecian cambios reales. La muestra más tangible es la resistencia bacteriana y la forma en que cada vez se requieren dosis más fuertes para combatir las enfermedades.