A mediados de septiembre, se estimó que el cáncer mataría a casi 10 millones de personas en 2018. En lo que va el año, expertos en todo el mundo han propuesto su solución a la neoplasia. Sin embargo, muchos tratamientos son todavía poco efectivos para prevenir la reincidencia. Esto es, en parte, porque es muy difícil acabar con las células madre responsables.
Una investigación publicada en la revista Frontiers in Cellular Neuroscience propone una solución. Alexander Kagansky, autor líder, afirma que los tumores reaparecen por las células madre del cáncer. Sin embargo, eliminar estos organismos es muy difícil porque son casi invulnerables cuando están dormidos. Además, solo suele detectarse su actividad sino hasta que ya ocasionaron estragos. Así pues, su solución es encender manualmente su funcionamiento.
Este método de activación de células madre es riesgoso. Sin embargo, en un estado pasivo, estos microorganismos son casi inmunes a la quimioterapia. En los casos de tumores en etapas avanzadas, siempre se deben escoger tratamientos. Cada uno tiene sus potenciales riesgos y beneficios a considerar. Pero creo que nuestro método será uno de los más prometedores.
Comenzar el crecimiento del cáncer para acabar con él
Kagansky y su equipo observaron el cáncer cerebral para sus conclusiones. Observaron que las células del glioma tenían una serie de protecciones cuando estaban en activo. Estos mecanismos de protección cambiaban y se fortalecían al momento de desactivarse. Sin embargo, notaron que hay una pequeña ventana de oportunidad al momento de la transición.
Cuando salen de su estado pasivo, las células de cáncer están en su punto más vulnerable. Los expertos proponen encender sorpresivamente su funcionamiento para bajar sus defensas. Después, se atacaría el tumor con “medicamentos sorpresa”, para eliminar la amenaza. A pesar de su innovadora idea, todavía existen muchas interrogantes en su propuesta.
La más importante es cómo podrán provocar la activación del cáncer de forma efectiva. Se cree que las células madre enfermas permanecen dormidas hasta un evento específico. Por ejemplo, un golpe o momentos de mucho estrés emocional. Sin embargo, el mecanismo formal no se comprende. Además, es muy probable que cada paciente tenga un perfil muy distinto. Por lo tanto, el evento que podría desencadenar la activación también sería diferente entre personas.