La medicina es una profesión de altibajos. Un día puedes haber recibido la queja de un paciente muy insatisfecho por algún error. Al siguiente, recibir las felicitaciones de tu líder de equipo por haber manejado muy bien algún caso. Sin embargo, cuando tu rendimiento es consistentemente bajo, no deberías minimizarlo. Tarde o temprano, tu jefe te va a confrontar y exigir una explicación. Es una mejor opción hablar con él primero. Si no sabes qué decir, puedes hacer lo siguiente:
1Reflexiona sobre tu rendimiento
El primer paso es considerar seria y objetivamente tu desempeño profesional. ¿En realidad has estado teniendo resultados por debajo de lo esperado? Existe la posibilidad que solamente estés exigiéndote más de la cuenta. Si, en efecto, tus esfuerzos parecen no rendir los frutos que necesitas, piensa por qué. Tal vez tu enfoque, capacitación o puesto son inadecuados.
2Prepara la conversación con tu jefe
No puedes esperar que tu supervisor esté de buen humor y pase por alto todos los errores. De hecho, debes pensar desde antes cómo podría reaccionar. Especialmente, necesitas tener una explicación plausible. No se trata de inventar excusas, sino darle un panorama de porqué sinceramente no estás dando el largo. Si eres sincero, es probable que pueda entenderte.
3Asume tus fallos sin vergüenza
Cuando empieces a hablar con tu jefe, sé directo. No le des las vueltas al asunto y aborda el asunto de tu rendimiento de buenas a primeras. Es muy importante que no te enfoques es pedir perdón o encontrar justificaciones. Aunque disculparse y explicarse es necesario, no es lo más importante. Más bien, procura extenderte en las acciones que tomarás para corregir el rumbo.
4Solicita consejo y ayuda para superarte
Reconocer el problema de rendimiento es una cosa. Otra muy distinta es admitir que necesitas de apoyo. Pedirle a tu jefe para que te asesore logra dos objetivos. Primero, reafirma tu compromiso. Segundo, demuestra que respetas su intelecto y experiencia. Pero tampoco se trata que él te dé las respuestas. Mejor diseña una solución y después tengan una retroalimentación.
5Considera también la visión a largo plazo
Si en tu reflexión inicial tu bajo rendimiento es sintomático de algo más grande, debes abordarlo. De lo contrario, tarde o temprano tu desempeño volverá a ser deficiente. También plantea esta situación a tu jefe. Traten de encontrar soluciones juntos o, si crees tenerlas, ver la forma de llevarlas a cabo.