El embarazo es, todavía, una experiencia difícil de sobrellevar. Tanto la madre como el bebé, sin los cuidados adecuados, pueden exponerse a muchos riesgos. Incluso si se descarta la muerte, las mujeres se exponen a sufrir anemia, someterse a cesáreas innecesarias, etcétera. Más importante aún, el cuidado no debe parar después del parto. Dar a luz no es el final del proceso.
Un estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology así lo pone de manifiesto. La investigación apunta que las mujeres que se embarazan tienen un mayor riesgo cardiovascular. En específico, son más vulnerables a sufrir un derrame cerebral o un infarto al miocardio. Dongming Wang, autor líder del estudio, apunta que la raíz de este peligro es complicada.
Los mecanismos que explican las asociaciones observadas son muy complejos. El embarazo puede provocar una inflamación en el cuerpo de las mujeres. Pero también, una acumulación de grasa en el abdomen, la sangre y las arterias. Estos cambios podrían tener cambios permanentes en el sistema cardiovascular. Y más tarde en la vida, provocar un derrame o un infarto.
Análisis de la salud de las mujeres por 52 años
Para los resultados, los investigadores compilaron información de más de 3 millones de mujeres. Los datos pertenecían a un seguimiento de entre 6 y hasta 52 años para cada una. De las participantes, solo 150 mil 512 sufrieron infartos o derrames durante el tiempo de estudio. Sin embargo, se encontró que las que se habían embarazado tenían una recurrencia mayor. El riesgo añadido fue de alrededor de 14 por ciento.
Para los investigadores era claro que el corazón trabaja más rápidamente en el embarazo. Así, puede cumplir con las necesidades de las mujeres y el feto. Sin embargo, no se sabía si este fenómeno tenía afectaciones a largo plazo. De acuerdo con Wang, no solo esta hipótesis es correcta. Cada nuevo bebé incrementa el peligro de la madre en 4 por ciento.
Los doctores tienen un rol que desempeñar. Las mujeres deben saber que tener hijos puede aumentar su riesgo sufrir un derrame o un infarto en el futuro. La buena noticia es que hay mucho que se puede hacer para evitar este peligro. El embarazo es un momento excelente para eliminar malos hábitos de vida. Dejar de fumar, comer saludablemente, ejercitarse con regularidad. [Todas estas acciones son benéficas para mejorar la salud cardiovascular].