Se puede considerar a la marihuana como la gran droga del siglo XXI. No solo cada vez más países la legalizan para fines recreativos. También en el sector salud es cada vez más utilizada por algunas de sus propiedades. No sería sorprendente que, en unos años, su consumo sea muy similar al del alcohol o el tabaco. Por eso, muchos investigadores estudian sus efectos.
Un estudio de la Universidad de Duke afirma que deteriora la capacidad sexual de los hombres. La investigación, publicada en la revista Epigenetics, observó dos fenómenos. Primero, una menor concentración de espermatozoides en el semen de pacientes fumadores. Segundo, alteraciones genéticas en el ADN de las células reproductoras que podrían tener graves repercusiones.
Marihuana, un factor de riesgo para la salud reproductiva
Para llegar a estos hallazgos, los investigadores contaron con una muestra de 12 hombres. Todos ellos afirmaron que fumaban marihuana al menos una vez a la semana. De acuerdo con Susan Murphy, autora líder del estudio, se analizó la concentración de tetrahidrocannabiniol (THC) en su orina. Se encontró una relación entre este químico y un bajo número de espermatozoides.
Murphy señaló que no se pudo determinar si este fenómeno podría afectar la fertilidad de los varones. De todas formas, los investigadores creen que fumar marihuana podría dificultar el empezar una familia. La experta y su equipo señalan que los hombres deberían esperar al menos seis meses antes de intentar tener hijos. Pero los cambios detectados en el esperma van más allá.
Los expertos también encontraron significativas alteraciones en el ADN de los espermatozoides. En específico, descubrieron que la marihuana parece fomentar ciertos cambios epigenéticos. Las modificaciones, si se heredan a los hijos, podrían alterar el crecimiento normal de los órganos. Incluso, impedir que alcancen su tamaño máximo o fomentar la aparición de cáncer.
Así como el conteo de espermatozoides, Murphy no sabe si los efectos son temporales. Apunta que se necesita de una muestra más grande y un seguimiento consistente para determinar cuánto tiempo duran estas alteraciones del esperma. Sin embargo, pidió a los pacientes asumir que podrían ser permanentes.